La entrevista | IGNACIO ARALUCE Presidente de Foro Nuclear

«La continuidad de Almaraz no va de ideologías, va de analizar si se necesita o no»

Ignacio Araluce, el pasado martes en la Central Nuclear de Almaraz.

Ignacio Araluce, el pasado martes en la Central Nuclear de Almaraz. / El Periódico

Más de dos décadas de la trayectoria profesional de Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, están directamente vinculadas a la Central de Almaraz. Fue, a partir de 1981, su jefe de operación, y posteriormente paso a ser el responsable de producción en esta planta, que dirigió entre 1988 y 2002. Han pasado también más de veinte años desde que dejó de estar al frente de esta instalación, que ha cambiado mucho y «a mejor», asegura el presidente de la patronal de la industria nuclear española. «Todos los grandes componentes son nuevos y cada año se invierten de media del orden de 30 millones de euros por unidad. Además, después de años de funcionamiento, hay un conocimiento asentado ya de cuáles son los procesos y de cómo operar mejor la central, lo que hace que en estos momentos sea todavía más eficiente que antes», argumenta. El martes pasado Araluce volvió a la planta extremeña en el marco de una visita organizada para medios de comunicación.

¿Cuánto tiempo más allá de 2028 [cuando está previsto el cierre de la segunda de sus unidades, la primera será en 2027] cree que podría seguir funcionando esta planta?

Mucho. Almaraz tiene centrales similares en Estados Unidos y todas cuentan con una licencia para operar de hasta 60 años de funcionamiento y ocho de ellas para ochenta. Podría seguir funcionando ese tiempo como mínimo.

Cada vez queda menos margen para dar marcha atrás en la decisión de cierre, ¿lo ve posible aún?

Técnicamente aún se puede. La central está preparada para operar muchos más años. Estamos a tiempo aún con Almaraz. Normalmente, fijamos el límite para tomar la decisión en cerca de tres años antes, lo que nos daría el primer semestre de 2025 como muy tarde.

No la da por perdida entonces…

No, para nada. Además, son unidades que funcionan muy bien, que generan una cantidad de energía eléctrica tremenda y que tienen un impacto social enorme en la zona. Desde el punto de vista económico y social esta central es importantísima. Es la mayor industria que tiene Extremadura. Esto no va de ideologías, va de si se necesita o no, de si es rentable o no, de si puede seguir produciendo o no. Ese es el debate que hay que tener y tomar luego la decisión.

Si finalmente hay un cambio al frente del Ministerio para la Transición Ecológica [su actual titular, Teresa Ribera, encabeza las listas del PSOE a las elecciones europeas], ¿eso podría influir en cuál será el devenir de la energía nuclear en España?

No tengo ni idea, y tampoco me quiero meter en esos vericuetos. Como digo, este es un tema más de convencimiento técnico, económico y estratégico. La energía nuclear ya ha sido declarada por Europa como estratégica, porque permite una mayor independencia energética y seguridad en el suministro. Además, tiene una competitividad económica evidente. El problema que tenemos es que es una tecnología muy penalizada desde el punto de vista de los impuestos. Los tiene en cantidad solo por el mero hecho de producir y a nosotros nos parece que eso es discriminatorio con respecto a otras tecnologías. No emitimos dióxido de carbono, que hay que recordar que si nos hemos metido en una transición energética ha sido para evitar el cambio climático. Y estas centrales ayudan en gran medida a ello.

Pero el calendario de cierre se fijó con las empresas propietarias en 2019, ¿qué ha cambiado desde entonces para que ahora lo quieran modificar?

Pues ha cambiado el mundo. Nos hemos dado cuenta de que la energía es un bien absolutamente básico, y las naciones no deben estar al albur de lo que se lo ocurra a otros países que puedan cortarte el suministro. Olvidamos que hace nada hemos pasado una crisis energética en la que el precio en el mercado del megavatio-hora (MWh) llegó a 400 euros. Europa se dio cuenta de que así no podría seguir, que tenía que hacer algo, y una de las acciones que han tomado prácticamente todos los países desarrollados ha sido la de apostar a que una de sus fuentes de energía sea la nuclear.

«Olvidamos que hace nada hemos pasado una crisis energética con un precio del megavatio-hora que llegó a 400 euros»

Otra de las cosas que ha pasado, de hecho algo inédito, es que varios reactores han parado este año porque la gran aportación de las renovables los hacía producir a pérdidas, y no ha habido problemas de suministro, ¿no es eso un argumento a favor de que ya no son tan imprescindibles?

Hemos vivido, efectivamente, una situación en la que ha habido una insolación muy grande, y la fotovoltaica ha producido mucho. Al mismo tiempo también se ha generado mucha eólica y ha existido una hidraulicidad enorme, gracias a las lluvias que han llenado los pantanos. Unas producciones renovables cuyo coste variable es prácticamente cero, porque no requieren combustible. Y nosotros sí tenemos un coste variable muy importante, el de los impuestos. Solamente de impuestos, junto con la tasa Enresa, estamos pagando 26 o 27 euros por MWh. Si el mercado está a cero euros… pues no se puede producir. Pero esta situación no va a ser siempre. Estas circunstancias no van a ser mantenidas en el tiempo. De lo contrario, ¿quién iba a invertir en renovables, ¿quién iba a hacerlo en fotovoltaica si luego te van a pagar cero? Evidentemente, esta situación no se va a repetir con esta profundidad.

Si hubiese disposición del Gobierno a cambiar el calendario de cierre, con el actual marco impositivo, ¿sería viable la nuclear en España?

Todo depende del precio que haya en el mercado. Yo lo que estoy viendo en el precio futuro es que para el segundo semestre en Europa se va a poner en 50 o 60 euros el MWh. En todo caso, el tema de la carga impositiva nos parece fundamental. No se le puede poner a unas tecnologías y a otras no. 

Como patronal del sector apuestan firmemente por la continuidad de la energía nuclear, pero, ¿la postura entre las principales empresas del sector es uniforme en este sentido? Hace unas semanas el CEO de Endesa, José Bogas, consideró que ya no queda margen para Almaraz...

Así se tradujo en algunos medios, pero realmente lo que vino a decir es que la nuclear tiene que seguir por lo menos hasta que no veamos un mayor desarrollo de las renovables. La eólica, de acuerdo al PNIEC, va con retraso, igual que el almacenamiento, por lo que sería prudente mantener las centrales unos cuantos años. Y que la que corre más peligro es Almaraz porque es la primera que va a parar, y la decisión para que no sea irreversible hay que tomarla con bastante antelación y queda poco tiempo. Pero para nada era un ‘no me importa que la cierren’.

Entonces, percibe el mismo apoyo entre todas las propietarias del parque nuclear español...

Por supuesto. Es total. Las empresas consideran que la nuclear es viable, que debe ser un puente hasta que tengamos un desarrollo mayor en la transición energética.