Opinión | La atalaya

Cristianos (VI)

El desarrollo de la Arqueología Medieval ha estado, en España, condicionado por la falta de especialistas. Y esto ha sido -todavía lo es- especialmente grave, en el caso de la rama islámica. No es fácil formar adecuadamente a un técnico en este campo de la investigación. A mi modo de ver, para eso no hace falta estudiar solo técnica de excavación. Eso es solo un método elemental y accesible. El auténtico trabajo del arqueólogo -el que lo convierte en tal- es el de interpretar. Y, además y por eso, poseer un conocimiento lo más dilatado y profundo posible de la cultura de los musulmanes; sobre todo árabes, en el caso hispano-portugués. Eso incluye el dominio, siquiera sea general, de la lengua. Créanme, la adquisición de esta última me costó a mí mucho tiempo -y dinero-. Porque es muy difícil comprender el carácter y significado de mucho de lo que se descubre en el campo o se conserva visible y es objeto de estudio sin ser capaz de situarlo en su contexto cultural, en el modo de asumirlo, aceptarlo e incorporarlo a la vida diaria de sus autores o creadores. Es fácil de comprender. ¿Cómo podrían entender la organización de las iglesias -por poner un ejemplo-quienes sin ser fieles, nunca hubieran asistido a ninguna ceremonia religiosa cristiana? Estoy por apostar algo valioso, seguro de no perderlo, si afirmo que la gran mayoría de los colegas, honrosamente dedicados a mi misma especialidad, nunca han asistido a la oración del viernes en la mezquita mayor de alguna ciudad de mayoría musulmana.

Cuestión aparte es la del estudio de la lengua árabe. En los planes de nuestras universidades es rara, ahora, la posibilidad de cursar simultáneamente clases de este idioma -o de latín o griego- si los alumnos optan por una especialidad de historia medieval o de arqueología-. El tiempo dedicado a prácticas se invierte por obligación en laboratorios de restauración o en aulas de informática. Sin duda es necesario, pero esos vientos trajeron estos lodos. Y con semejante formación final, cualquiera excava y afirma interpretar yacimientos y monumentos islámicos. Alguno, si ha visitado Marruecos o ha estado en Ceuta o Melilla, se aproxima. Por eso el título. Remataré para aclararlo.