Opinión | La atalaya

El Duque (X)

Hay elementos, perdurables hasta la fecha, que llaman la atención y ayudan a explicarse algunas cosas respecto a la configuración urbana de una ciudad cuya función fue históricamente la misma que el gran Ramón Carande atribuyó a Sevilla. La de ser fortaleza y mercado. No puede resultar extraño que, situada donde está, Badajoz fuera un hito militar en sentido oeste-este y norte-sur. Pero, con el paso del tiempo y la variación de las circunstancias políticas, el segundo de los vectores fue predominando sobre el primero. Cuando quedó incorporada al reino castellano la amenaza militar venía ya de occidente, del cercano Portugal -nuestros vecinos lusos podrían decir, con más razón, que les llegaba de oriente-. La imagen reflejada por Baldi plasmó la plaza en un momento de reorganización castrense. Las defensas abaluartadas, a medio edificar, son claramente resultado, en su mayor parte, de la independencia portuguesa. Entre los dos recintos bajomedievales se aprecia un área vacía -un campillo- y en el flanco del este aún permanecen los restos del muro -mas bien encintado que lienzo fortificado- tendido entre ladespués llamada puerta del Alpendiz y elcauce del Rivillas, apenas indicado por la curva de sus orillas. No malinterpretar el citado cerco. Su fundación se hizo durante el período de los llamados reinos de Taifas; se segó cuando la dinastía almorávide gobernaba al-Andalus y volvió a reconstruirse, algo más ancho, en la fase almohade, para desmocharse después. Su función era limitar -quizás proteger- el norte del arrabal formado, hacia mediados del siglo XI, entre la muralla urbana y el curso de agua aludido. Y me parece de sumo interés la representación de la puerta de Mérida, enfilando el camino de la población homónima, cuando aún mantenía su trazado primitivo: vano entre dos torres cuadrangulares, guardando idénticas proporciones. Un clásico en la fortificación tardoantigua y medieval. Ese acceso desapareció -en algún lugar quedan, quizás, restos de su cepa-, pero el topónimo se ha mantenido junto a otra entrada bastante más adelantada en el tiempo. Ya sin torres de flanqueo. Hay que tener cuidado -o atención- con la toponimia. No es caprichosa y arraiga mucho...