El sector agro de las Vegas Altas afronta el 2024 con la sequía como principal problemática

Los agricultores de las Vegas Altas del Guadiana afrontan ya un año nuevo, el de 2024, con las ilusiones renovadas de cara a una campaña que sin embargo presenta, al menos por el momento, los mismos problemas que el año pasado. 

Los elevados costes de producción, los bajos precios que en general reciben por sus productos, los recortes de la PAC o la falta de agua son los grandes problemas a los que se enfrentan en las casi de 80.000 hectáreas de regadío que abarca la comarca. 

Pero todos estos problemas podrían agudizarse en sólo unos meses si la pluviometría no mejora considerablemente. A día de hoy en la zona regable del Canal de Orellana la dotación para riego apenas supera el 25%, una cifra notablemente baja que dibuja un escenario preocupante para los productores. Eso es lo que señala el presidente de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Villanueva de la Serena (Agryga), Herminio Íñiguez, quien sostiene que tiene que llover «para que haya una campaña medio normal», ya que según dice la dotación actual «es insuficiente para hacer una agricultura rentable».

Íñiguez, además, gestiona explotaciones de tomate para industria y fruta de hueso. Sobre el primero, el tomate, cuenta que será necesario abordar de nuevo una subida de precios a percibir por el agricultor habida cuenta de los 145 euros por tonelada que en 2023 costó producir tomate de industria. «Menos de 170 euros no se podrá pagar al agricultor», dice Íñiguez para añadir que «quien pone en riesgo el cultivo son las mismas industrias si no aceptan pagar un precio rentable». En este sentido, considera que «el agricultor no puede permitir que un cultivo suponga la ruina de su casa». Así, ve factible que si no hay precios acordes se apueste por otro tipo de cultivos. 

En una línea parecida, el agricultor Jesús Manuel Calderón lamenta también la escasez de agua y tacha la situación actual de «triste y lamentable». No obstante, tacha de positiva la campaña de secano porque las condiciones de siembra están siendo buenas y también hace un balance favorable de la campaña de aceituna, que ha tenido buen precio y que ha estado bien de kilos. 

Pero el agua es lo que quita el sueño a Íñiguez, Calderón y miles de agricultores más en esta zona de la región extremeña. «Tiene que llover mucho, esa sería la solución a mucho de nuestros problemas», apostilla Calderón . En el caso del Canal de Orellana, a estas alturas hay menos agua que el año pasado, cuando sólo se pudo llevar a producción el 60% de la superficial. «Vamos a tener que redoblar esfuerzos para gestionar recursos, así que esperemos que el invierno sea generoso», cuenta el presidente de la CGU, Luis Gutiérrez. El 18 de enero se celebrará una asamblea para adelantar la situación a los regantes y ponerles en situación. 

Al margen de la escasez de agua, Herminio Íñiguez ve necesario «darle una vuelta» a la PAC. «Es necesario cambiar lo que se pueda porque hay mucho requisito medioambiental, aunque poco pago por llevarlas a cabo. Nos estamos encontrando recortes en las ayudas de hasta un 38%», lamenta.

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