Almendralejo

‘El Guarrero’, pura tradición y buen servicio

El ayuntamiento homenajea a José Gil y a su bar Puerta del Sol, con más de 60 años

Diego Gil junto a su padre, José Gil, conocido como 'El Guarrero'

Diego Gil junto a su padre, José Gil, conocido como 'El Guarrero' / R.M.

Nada más subir la avenida de América, tomando la curva a mano izquierda, uno que pasa por Almendralejo se topa con el Bar Puerta del Sol. Si lee la fachada ese nombre le puede llegar a sorprender, aunque lleve perenne más de 65 años. Sin embargo, si alguien le dice, es el Bar el Guarrero, entonces la cosa cambia.

Ahí nació, se crió y ha pasado toda una vida José Gil Cano, popularmente conocido como El Guarrero. Su apodo le viene de su padre, también José Gil, que criaba guarros en casa y, por entonces, el mote era sencillo. Él lo ha llevado con mucho orgullo y cariño, por muy mal lexicamente que pudiera sonar. Lo importante en el Bar El Guarrero no era el nombre. Ni siquiera el de Puerta del Sol. Lo importante era el ambiente, el trato cercano con los clientes, las conversaciones, el desahogo de un día duro de trabajo, la buena cerveza y el buen vino, los aperitivos clásicos de toda la vida. “Lo llamaban ‘la farmacia de guardia’, dice jocosamente su hijo Diego Gil. Y es que muchos camareros que salían de trabajar de otros bares terminaban en El Guarrero a charlar con amigos. 

Durante muchos años, fue punto de referencia para miles de visitantes y turistas que llegaban a Almendralejo. Estaba situado en los mapas de la hostelería y, posiblemente, es hoy día uno de los bares más antiguos de la capital de Tierra de Barros.

El Ayuntamiento de Almendralejo va a brindar a José Gil Cano y a su bar un reconocimiento en el acto central de las fiestas de la Piedad por toda una vida dedicada a la hostelería. José está mayor, pero está disfrutando mucho de estos momentos. También su familia, especialmente sus hijos Diego y José Manuel, que han tirado de la tradición de seguir detrás de la barra de El Guarrero.

El bar siempre se ha involucrado mucho en las fiestas tradicionales de Almendralejo. Decorado con estampas y motivos de la Virgen de la Piedad en ferias, pincelado en Semana Santa. Nunca faltó la candela del bar El Guarrero en un 1 de febrero y eran muy coloridas sus luces de Navidad por fechas de diciembre. 

Gran parte de la popularidad del bar se la debe al rico manjar que allí se preparaba como era el pestorejo. Ha contado José Gil en más de una ocasión que un emigrante de Almendralejo, residente en Bilbao, le regaló un rótulo en una de sus visitas donde se podía leer: “por muchas vueltas que des, no encontrarás pestorejo como en casa de José”.

Otra persona muy importante para que el bar siempre estuviera impoluto y en pleno funcionamiento fue Emilia, la mujer de José. «Mi madre ha sido muy importante. Diría que sin ella, todo lo que hizo mi padre no hubiera sido posible. Siempre le acompañó y estuvo implicada en todo lo que se hacía en familia.

El bar abría de lunes a domingos de manera ininterrumpida, sólo cerrando el tradicional día de la hostelería.

José fue elegido Personaje Popular de la Hostelería en 1999. Es un hombre querido en el sector, admirado por muchos de sus compañeros y respetado en la profesión. Su familia, tradicional, trabajadora y humilde, continúa la saga.