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San Juan 2007 Actividades infantiles y programa.

Los niños se zambullen en la fiesta acuática

Unos 700 escolares pasan el lunes de feria en la piscinas del parque Lusiberia.

Los niños se zambullen en la fiesta acuática

El lunes de feria comenzó para 700 niños de la ciudad a remojo. Invitados por el ayuntamiento y Lusiberia pasaron el día entre la piscina de olas, los kamikaces, los toboganes o el black hole . Era una fiesta infantil acuática, por eso, la ropa de feria se sustituyó por el bañador y la toalla y la mochila.

Jesús, Bárbara, Jorge y Carlos son primos. A las 12.15 desembarcaron en Lusiberia y en sus planes estaba apurar hasta el final la jornada en la piscina. "A las ocho nos vienen a recoger", comentaron mientras tomaban un tentempié en la zona de hamacas que el parque había reservado para los invitados a la fiesta acuática.

"Hemos traído bocadillos de jamón, de chorizo, de mortadela y de bacon". Lo justo para reponer energías tras tirarse una y otra vez por los toboganes o luchar contra el agua en la piscina de olas. Su atracción preferida: un tobogán cubierto de varios metros de altura por los que se deslizaban hasta llegar al agua.

Una pulsera roja y blanca identificaba a los invitados a la fiesta --de entre 8 y 12 años-- y cuarenta monitores y socorristas velaban por su seguridad. "No corráis" fue una de las frases que más escucharon ayer los pequeños, que estaban entusiasmados y no querían llegar los últimos a ningún sitio.

Talleres

Aunque las atracciones acuáticas eran el principal reclamo de la fiesta infantil, Lusiberia tenía previsto organizar talleres de malabares, de globoflexia y juegos por la tarde, "cuando ya hayan disfrutado de las piscinas y quieran hacer otras cosas", explicó Mario Puerto, coordinador de actividades del parque.

A las dos de la tarde la piscina de olas estaba en calma y los niños se arremolinaban junto a las hamacas para comer sus bocatas o hacían cola en un quiosco para comprar palomitas y gofres. Minutos después llegó la revolución. Apenas empezó a mecerse el agua en la piscina de olas y decenas de chavales corrían para saltar, gritar y dar algún mal trago, del que rápidamente se recuperaban. A pesar de tanta actividad, aún les quedaban fuerzas para pensar en ir por la noche a los cacharritos .

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