PRIMER ENCUENTRO ENTRE EL PRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN Y EL ALCALDE PACENSE

El dragado parcial del río contra el nenúfar mejicano no se hará antes de 2 años

Es el tiempo que la CHG calcula que requerirá el estudio de impacto ambiental de esta actuación

Ignacio Gragera y Samuel Moraleda, ayer, en la reunión que mantuvieron en la CHG.

Ignacio Gragera y Samuel Moraleda, ayer, en la reunión que mantuvieron en la CHG. / CHG

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

A medida que suben las temperaturas se extiende el color verde en la superficie del río a su paso por Badajoz, una invasión que irá en aumento las próximas semanas. Sin embargo no hay solución a corto plazo contra la presencia del nenúfar mejicano. La última que se ha puesto sobre la mesa, que consiste en el dragado de determinadas zonas (parcial), tardará como mínimo dos años, que es el plazo que se maneja para que pueda estar listo el estudio de impacto ambiental, dada la agresividad que comporta esta medida, que se define más correctamente como «deslodado». Así se puso de manifiesto ayer en la primera reunión que mantuvieron el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) Samuel Moraleda, y el nuevo alcalde pacense, Ignacio Gragera, durante casi hora y media.

Al terminar el encuentro, Gragera informó en solitario del contenido de la reunión y la CHG envió una nota sin concreciones, aun siendo la institución responsable de la situación del río. El alcalde fue más explícito. La cuestión «principal» de la reunión fue cómo «atacar de manera definitiva» los lodos que se acumulan en el lecho y provocan el desarrollo del nenúfar, una planta invasora «que afea el río», con una incidencia «visual», también biológica y ecológica, aunque menor que el camalote, que se ha conseguido controlar aunque no erradicar, según manifestó.

En la memoria para el dragado parcial elaborada por la CHG se han identificado las zonas concretas a deslodar, pues no se hará en todo el tramo. Son aquellas que tienen menos profundidad, próximas a las orillas, donde más enraíza el nenúfar. Se podrá hacer vaciando el río abriendo los azudes para introducir toda la maquinaria dentro del cauce. Al tratarse de una Zona de Especial Protección de Aves (Zepa), incluida en la Red Natura 2000, los requisitos medioambientales son muy estrictos. El ayuntamiento prestaría colaboración proporcionando accesos y espacios de carga y descarga. La idea es captar fondos europeos de los nuevos planes operativos para poder acometerlo, con un presupuesto calculado en torno a 10 millones de euros.

El coste del "deslodado" ronda los 10 millones de euros y ya están definidas las zonas afectadas

Esta medida ya la explicó la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, a Gragera en la reunión que mantuvieron a mediados de julio. En aquel momento anunció una primera intervención para atajar esta planta invasora, que consistirá en permeabilizar los dos azudes. El de la Pesquera, con una inversión de 2,2 millones de euros, y el de la Granadilla, con casi 3 millones (es superior porque hay que salvar un colector), según concretó el alcalde. Moraleda le informó de que la primera actuación estará en marcha antes de finalizar el año porque el proyecto está redactado y pendiente de licitación, que se prevé en septiembre. La segunda está en una fase posterior, pues aún se está redactando el proyecto. Paralelamente, la CHG continuará con las labores de mantenimiento consistentes en la siega de esta planta.

Sobre la mesa también se puso el proyecto de navegabilidad del Guadiana, para lo que habría que llegar a un acuerdo con la autoridad portuguesa. El alcalde planteó a la CHG que, aprovechando la obra de deslodado y de permeabilización de los azudes se acometan las obras para la realización de las esclusas. Gragera destacó que además del potencial turístico, el proyecto permitiría la regeneración de las riberas.