reúne diversas manifestaciones artísticas como la escultura, el dibujo, la narrativa o la música, entre otras

Un palacio lleno de memoria

Ayer se inauguró el memorial ‘Badajoz, 1936’ en el palacio de congresos pacense, donde estaba ubicada la antigua plaza de toros. Esta exposición permanente homenajea a las víctimas de la matanza que ocurrió allí

Un palacio lleno de memoria

Al abuelo de Casimiro Cadenas Caballo, con quien comparte nombre, lo fusilaron dos veces. Tenía 54 años y regentaba el bar El Pasaje ubicado en la que ahora se denomina calle Virgen de la Soledad. Es cierto que, como apunta su nieto, era más bien «rojillo», pero no fue ese el motivo por el que lo asesinaron. Aparentemente, tuvo un enfrentamiento en su negocio con la familia Díaz-Ambrona. Por eso, cuando la ciudad fue tomada por el bando sublevado, fue señalado como uno de los objetivos a eliminar.

El 14 de agosto de 1936, las tropas franquistas se lo llevaron a la antigua plaza de toros, pero el capitán que debía darle el tiro de gracia tras caer al albero con el resto de represaliados conocía a Antonia Vicenta, su hija mayor, por lo que no lo hizo y sobrevivió. Sus familiares lo trasladaron al hospital, pero el 31 de agosto volvieron a por él, y esta vez no pudo escapar de la muerte.

Es tan solo una historia de las miles de víctimas que ahora están homenajeadas en el palacio de congresos de la capital pacense justo cuando se cumplen 85 años del comienzo de aquella dura represión. «Es de justicia que se ponga esto en su sitio, que salga la verdad y se reconozca a las víctimas», decía Cadenas visiblemente emocionado durante la inauguración que tuvo lugar ayer del memorial ‘Badajoz, 1936’, una exposición permanente encargada por la Junta de Extremadura en 2018 después de que Podemos Badajoz impulsase la moción en 2016.

Al acto acudieron, además de algunos de los artistas que han participado en la elaboración de este reconocimiento, el director general de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural, Francisco Pérez Urban, el vicepresidente de la Diputación de Badajoz, Ricardo Cabezas, el subdelegado del Gobierno en Badajoz, Francisco Mendoza, el concejal de Urbanismo del ayuntamiento pacense, Carlos Urueña, y la consejera de Cultura, Nuria Flores. Esta última destacó el «gesto» que supone esta muestra, ya que es el resultado del movimiento «que cada uno de nosotros desde sus posiciones ha realizado para conseguir el consenso político». La iniciativa responde a la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Extremadura que data del año 2019 y que, según Flores, «establece que debemos guiarnos por los principios de verdad, dignidad, justicia, reparación y garantías de no repetición que aconsejan no solo la ONU, sino todos los organismos defensores de los derechos humanos».

También dio relevancia al sitio donde se ha colocado la exposición, pues supone una forma de «resignificar un lugar, de darle sentido contemporáneo desde la cultura sin olvidar su origen» pero, al mismo tiempo, «mirando un poco más allá»: «Sobre esas cenizas levantamos este espacio que es físico, pero también espiritual, un lugar para el encuentro, para la concordia y, sobre todo, para el futuro», añadió la consejera.

Al acto asistieron también ciudadanos, muchos de ellos ya mayores.

Al acto asistieron también ciudadanos, muchos de ellos ya mayores. / S. García

Multiplicidad artística

José María Lama es quien ha coordinado la confección de los contenidos de la pieza diseñada, en cuyo centro se sitúan las propias víctimas, las protagonistas. El historiador zafrense explicó que la muestra consiste en una «multiplicidad de expresiones artísticas y de pensamiento que quiere simbolizar y homenajear a la variedad de aproximaciones y ofrendas que se han sucedido en los 85 años transcurridos desde los hechos».

Una de las personas que ha colaborado ha sido el también historiador Francisco Espinosa, que en su libro ‘La columna de la muerte’ (2003) recoge la primera relación de víctimas de la represión en Badajoz. En uno de los murales de la exposición aparecen los nombres, apellidos, edades y profesiones de todas ellas (1.382 fruto de la violencia derechista, aunque la lista está incompleta, y 11 de la izquierdista). Están divididas por fechas, y el primer nombre que aparece el 31 de agosto de 1936 es, precisamente, el de Casimiro Cadenas Rodríguez.

Otro de los elementos que se pueden observar es Eclíptica II, una réplica de la escultura instalada desde 2006 en la puerta del propio palacio de congresos (ahora mismo vallada a la espera de que se reparen algunos desperfectos) y que, como apunta Lama, «ha sido durante varios lustros la única evidencia memorial en este sitio». Su autora, Blanca Muñoz, destaca que, en agosto, cuando más nítida es la sombra proyectada por esta pieza espiral de tubos de acero, se dibuja en el suelo una flor en memoria de las víctimas pacenses. 

Todas estas explicaciones las dio Lama mientras de fondo sonaba ‘Disparos de luz’, composición musical de José Ignacio de la Peña basada en textos del periodista Mário Neves y del poeta Antonio Gómez, otros dos de los artistas cuyas obras también integran la exposición. El historiador de Zafra la describió como la banda sonora «idónea» para este acontecimiento, pues se estrenó en abril del 2018 precisamente en el Palacio de Congresos de Badajoz con la interpretación de la Orquesta de Extremadura.

Los poemas de Antonio Gamoneda y la novela ‘Lunas de agosto’ del escritor Justo Vila completan el resto de componentes de un homenaje que, según, José Manuel Corbacho Palacios, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura, «viene a suplir un olvido histórico».