Su situación es de prealerta, que obliga a un plan para conservar los recursos existentes

El embalse de Villar del Rey garantiza el abastecimiento al menos dos años

Se encuentra al 62,7% de su capacidad mientras que hace un año estaba vertiendo agua

Imagen del pantano de Villar del Rey tomada hace dos semanas.

Imagen del pantano de Villar del Rey tomada hace dos semanas. / LA CRÓNICA DE BADAJOZ

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

Hace justo un año, en estas mismas fechas, el pantano de Villar del Rey, del que se abastece Badajoz, estaba desembalsando porque estaba prácticamente lleno debido a las últimas y abundantes lluvias registradas en toda la comunidad extremeña. Un año después, la sequía persistente está afectando al nivel de agua embalsada, que en el caso de este pantano el volumen es del 62,7%, por encima de la media de la cuenca del Guadiana en la comunidad, que es del 28,1%. Según Samuel Moraleda, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), por ahora no hay motivos de preocupación porque el suministro para el consumo humano en la población de Badajoz está garantizado al menos los dos próximos años. La capacidad de esta presa es de 130 hectómetros cúbicos y en estos momentos almacena 81,5, algo menos que hace una semana (81,9), mientras que hace justo un año estaba al 100%. Además de a Badajoz, esta presa abastece a Villar del Rey, Alburquerque, Pueblonuevo y Talavera .

La CHG publica todas las semanas los índices establecidos en el plan especial de sequía de 2018, según los cuales se van tomando decisiones en situaciones de escasez para atender a las demandas socioeconómicas e intentar conservar en lo posible los recursos existentes. Ahora mismo, según estos índices, Villar del Rey está en situación de prealerta, lo que conlleva la adopción de un plan con medidas de tipo informativo, para concienciar a la población de que no se exceda en el consumo y no despilfarre agua. 

Las poblaciones mayores de 20.000 habitantes, como es el caso de Badajoz, están obligadas a contar con un plan de emergencia para tratar las sequías y en esta fase tiene que activarlo con campañas informativas y divulgativas. Otra medida «fundamental» es la mejora de la red de abastecimiento para evitar las pérdidas de agua.

Sin embargo, Moraleda deja claro que en esta fase el recurso hídrico está «muy garantizado», de forma que en el peor de los escenarios, atendiendo a las demandas ambientales y con pocas precipitaciones, el abastecimiento para consumo humano está garantizado como mínimo dos años. Ya en una siguiente fase de alerta, habría que tomar otro tipo de medidas como reducir dotaciones y en una situación de emergencia habría que movilizar recursos para atender la demanda.

Moraleda explica que prácticamente está garantizado el abastecimiento en el territorio extremeño que depende del Guadiana, salvo el problema de Tentudía, que cuenta con un embalse con muy poca capacidad de regulación, donde la situación es de emergencia, por lo que ha habido que tomar medidas de reducción de dotaciones y movilizar recursos de aguas subterráneas.

El presidente de la CHG espera que llueva pronto. Recuerda que en Extremadura la reserva hidráulica está al 28%, cuando hace un año en estas mismas fechas era del 35%. Son 7 puntos menos, 560 hectómetros cúbicos por debajo «y es francamente preocupante, pero vamos a ver qué nos depara el tiempo», señala, aunque inicialmente las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología no sean nada halagüeñas. De hecho, marzo no se anuncia lluvioso, aunque Moraleda confía en que estas previsiones a tan largo plazo no se cumplan, haya cambios de semana en semana y se produzcan precipitaciones.