Llegan los primeros visitantes a la torre de la catedral de Badajoz: «¡Si desde aquí se ve hasta mi casa!»
39 personas suben al campanario en su primer día abierta al público
Los turistas llegaron desde Bolivia, Bilbao, País Vasco, Inglaterra y Oliva de la Frontera
Escalones. Un descansito. Más escalones. Resoplido. «¡Uf!, es más estrecho de lo que pensaba». Últimos escalones. Se abre una puerta de hierro y las vistas te dan en la cara como el derechazo de un boxeador. «¡Qué bonito, madre mía!».
Así sonaban las primeras reacciones del público general a las vistas de la torre de la catedral. Las caras y voces cambiaban, las palabras seguían siempre el mismo patrón.
39 personas subieron en el día de ayer al campanario. El pacense Manolo Vidarte fue el primero de ellos: a pesar de que las puertas se abrían a las 10.30 horas, se presentó en el templo 30 minutos antes. «Es que quiero tener las primeras entradas. Son para mi archivo personal de recuerdos de la ciudad», se justificaba al ser preguntado.
«Hasta me he escuchado la misa de las 10 para que nadie me quite el sitio. ¡Quería ser el primero y guardar la primera entrada de recuerdo!»
Mari Carmen y María José, dos amigas de Badajoz, se fotografiaron ante todas las caras de la torre. «¡Si desde aquí se ve mi casa!», decía una de ellas, sorprendida. Ambas quedaron tan conmovidas por la experiencia que decidieron repetir con sus maridos. «Vamos a ser las mejores embajadoras porque se lo vamos a recomendar a todo el mundo», decían. Antes de bajar se plantearon incluso formar parte del programa de mecenazgo del templo. «25 euros al año no son ni tres al mes. Una cerveza que te tomes un día ya vale más y así contribuímos a conservar el patrimonio».
«Cuando vamos de viaje pagamos por ver todos los monumentos. ¿Por qué no vamos a hacer lo mismo en Badajoz?»
Atractivo para turistas
JuanCarlos y Begoña llegaron desde Bilbao. «Estamos aquí cerca haciendo turismo termal y ayer supimos que hoy abrían. Teníamos que venir. Nos gusta ver las ciudades desde lo alto». Esta pareja quedó conquistada por el reloj.
Como ellos, en el día de ayer se acercaron a la catedral personas desde País Vasco, Oliva de la Frontera, Inglaterra y Bolivia. De allí es la familia Salazar Suárez, quecuya intención de visitar el templo les regaló la sorpresa de ser el primer grupo en subir. «Tener tan cerca las campanas es un espectáculo, nos hemos emocionado cuando han empezado a sonar», decían.
Estos visitantes guardarán para siempre en su memoria que fueron los primeros en subir a la torre. Carla, veinteañera pacense, aseguró que «se lo pienso contar a mis hijos... el día que los tenga».
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