el contenedor marrón empieza a instalarse en las calles de badajoz

«He venido la primera porque no quería quedarme sin él»

La concejalía de Limpieza reparte 500 cubos marrones durante el primer día de entrega en Badajoz

«He venido la primera porque no quería quedarme sin él»

SANTI GARCÍA

Irene Rangel

Irene Rangel

Lo primero es la explicación. «En este cubo solo van restos orgánicos de comida: posos del café o del té, restos de carne o pescado y, por ejemplo, también los palos del helado o los palillos. Le doy también cinco paquetes de bolsas compostables. Se puede tirar al contenedor porque acaba degradándose también. Cuando se le acaben ya las tiene que comprar usted», se afanaba Rebeca, una de las trabajadoras de FCC encargadas del reparto de reparto de cubos y bolsas gratuitos para basura orgánica. 

El punto de atención al ciudadano que la empresa tiene en la avenida Juan Carlos I ha tenido cola durante toda la mañana. «Me enteré anoche de que hoy era el primer día de reparto de los cubos y tenía que venir, no quiero quedarme sin él porque en casa reciclamos todo. Solo nos falta el orgánico», decía Elena Silleres en la puerta de la oficina. Delante suya había aún tres personas más esperando para recoger.

La primera jornada fue un éxito absoluto. Solo durante la mañana se repartieron un total de 343 cubos y 1715 bolsas. «Yo no he hecho otra cosa en todo el día», decía Rebeca, la trabajadora de la oficina del centro. Ella agotó las existencias antes de las 13.00 horas. 

Por la tarde, la entrega ha tenido lugar en las plazas del Progreso y Padre Eugenio. En total se han repartido 503 cubos y 2.500 paquetes de bolsas durante el primer día. 

El proceso para poder hacerse con uno de ellos es sencillo, basta con presentarse en uno de los puntos fijos de la empresa -el Punto Limpio de El Nevero, las instalaciones centrales de FCC, la oficina de Juan Carlos I o la de la calle Canela- o en uno de los móviles, presentar el DNI o el padrón y atender a las recomendaciones. Al entregar el documento de identidad la empresa se asegura de que solo habrá uno de esos cubos por domicilio. Junto al cubo y las bolsas, el usuario recibe un tríptico con toda la información necesaria en la que se explica qué puede ir al contenedor y qué no. Esto último es tan importante como lo primero puesto que no está destinado únicamente a la comida. 

Antes de salir, el usuario recibe una llave. «El contenedor tiene una cerradura, así que guarde bien la llave porque si no, no lo podrá usar», recomendaba Rebeca. De esta forma se evitará que los contenedores de la calle terminen con un uso distinto al inicialmente planteado. 

Carmen muestra su cubo doméstico y su llave.

Carmen muestra su cubo doméstico y su llave. / S. GARCIA

Una jornada para resolver las dudas

«Entonces el verde que hemos usado hasta ahora, ¿desaparece?», preguntaba Carmen Martínez, otra usuaria. Esta y tantas otras preguntas fueron realizadas por los ciudadanos mientras recogían los enseres. Si bien la explicación sobre qué tirar a ese contenedor es clara, las incógnitas ante su funcionamiento son muchas. «Todo es hacerse», acababa diciendo esta ciudadana, que aseguraba que «pronto me saldré yo de casa para meter todos los cubos que tenemos que utilizar, pero es algo que hay que hacer».

«Yo no sé si me lo van a dar porque vivo en un piso de alquiler y mi dirección en el carné es la del pueblo», decía Carmen, una de las interesadas. No pudo ser. Para poder ser receptor del mismo hace falta estar empadronado en Badajoz o en una de sus pedanías. Caso contrario era el de Manuel, que acudía recoger uno para su casa y otros dos, para los dos pisos de los que él es propietario pero que tiene alquilados a otras personas. Sabía, dice, que ellos no podrían cogerlo así que él se lo llevará. Para conseguirlos tuvo que presentar los certificados acreditativos de que, efectivamente, él es propietario y los inmuebles están alquilados. 

Otra de las cuestiones que se lanzaron ayer fue la de cuánto tarda en degradarse una bolsa de bioresiduos. «Me he sorprendido cuando he sabido que no es mucho, entre 10 y 16 semanas, nada más. Es más engorroso separar pero también mejor para el entorno», decía José Luis. Javier, otro usuario, afirmaba venir «animado por mis hijas, que tienen 21 años. Esto es cosa de todos».