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Último adiós a Manoli Castillejo en Badajoz

Cientos de personas llenan la parroquia de San Fernando para asistir al funeral de la vecina de 67 años desaparecida y hallada sin vida en el río, que ya ha recibido sepultura en el cementerio de la Soledad

El féretro de Manoli Castillejo a su llegada a la parroquia de San Fernando, este viernes.

El féretro de Manoli Castillejo a su llegada a la parroquia de San Fernando, este viernes. / S. GARCÍA

Belén Castaño Chaparro

Belén Castaño Chaparro

Cientos de personas han querido despedir este viernes a Manoli Castillejo, la vecina de Badajoz desaparecida el pasado 22 de enero y hallada sin vida este miércoles en el río Guadiana. La parroquia de San Fernando, el barrio donde vivía, ha acogido esta mañana su funeral. Su madre, sus nietos y sus tres hijos, con el dolor y el cansancio acumulado visibles en sus rostros, han estado arropados por familiares, amigos y vecinos, que no los han dejado solos en tan duros momentos, como tampoco lo hicieron durante los 9 días de búsqueda.

"Si despedir a un ser querido es triste, para vosotros que habéis pasado por este calvario durante tantos días es imposible que haya consuelo o alivio", les ha dicho el vicario parroquial de San Fernando, Antonio Maqueda, quien les ha pedido que se agarren a su fe para intentar ver "un poco de luz en este momento de tanta tristeza".

El sacerdote ha señalado que la implicación ciudadana y el trabajo de la Policía Nacional para tratar de localizar a Manoli durante los 9 días que permaneció desaparecida "no es solo signo de la solidaridad humana, sino del amor que Dios nos tiene".

Tras la eucaristía, el cuerpo de Manoli Castillejo ha sido trasladado hasta el cementerio de Nuestra Señora de la Soledad, donde ha recibido sepultura.

La desaparición de esta vecina de San Fernando ha mantenido en vilo a Badajoz. Aunque con el paso de los días las esperanzas de encontrarla con vida iban mermando, las fuerzas para localizarla no han flaqueado. Cuando el cuerpo sin vida fue hallado en el Guadiana, había pocas dudas de que fuera ella. Los sentimientos de pesar se mezclaron con los de alivio, por saber que sus seres queridos podrían iniciar su duelo. "Tenemos toda la vida para llorarla, pero muy pocos días para buscarla". Era lo que su hija María decía para pedir a la ciudadanía a que los siguiera ayudando a encontrar a su madre.

Manoli ya descansa en paz.