Urgencias sanitarias

25 años del primer hospital móvil

La Unidad Medicalizada de Emergencias (UME) de Badajoz fue la primera que se implantó en la región

Desde que se creó ha atendido a 61.000 pacientes

Jesús, Toni, Juan Antonio y Demetrio, durante la presentación.

Jesús, Toni, Juan Antonio y Demetrio, durante la presentación. / S. GARCÍA

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

«La Unidad Medicalizada de Emergencias intenta llevar al hospital al lugar donde está el paciente, al que damos soporte vital para que llegue en las mejores condiciones». Con esta frase resume el médico Juan Antonio Cordero la función de la UME que el próximo viernes, 1 de marzo, cumple 25 años desde que funciona en Badajoz (se creó en 1999). Fue la primera que se implantó en la región. En este cuarto de siglo esta ambulancia y sus profesionales han atendido a 61.000 pacientes. Sería complicado concretar a cuántos ha salvado la vida. Sí se sabe que por todos ellos se hizo lo imposible para intentar retenerla.

La UME empezó en Badajoz como una UCI móvil y un centro coordinador de emergencias (en aquel momento el teléfono era el 061) en el Hospital Provincial San Sebastián. Fue el último servicio que se trasladó de estas instalaciones cuando dejaron de funcionar como centro sanitario. La puerta del centro coordinador aún se conserva en el edificio. Reconvertido en espacio cultural, el Hospital Centro Vivo acogerá el próximo viernes (de 9.00 a 14.00 horas) el programa de actividades organizadas para conmemorar esta efeméride, que incluye conferencias, una exposición fotográfica y talleres de reanimación cardiopulmonar para alumnos de dos colegios y dos institutos y para todos los ciudadanos que quieran acercarse.

En la ambulancia.

En la ambulancia. / S. GARCÍA

El programa ha sido presentado este martes por el gerente del Área de Salud, Demetrio Pérez, junto a los médicos de familia Jesús Arroyo y Juan Antonio Cordero y la enfermera Toni Escobar. Los tres llevan 25 años en este servicio. De los 5 enfermeros que empezaron entonces, todavía siguen 4, tres de los 11 médicos y dos de los 6 técnicos. En la actualidad hay dos UME en servicio, una que lo presta todos los días del año 24 horas al día y otra de apoyo para patologías de escaso riesgo vital, de 8.00 a 15.00 horas, de lunes a viernes. 

La UME de Badajoz pertenecía al Insalud cuando se creó, antes de la transferencia de competencias en 2002. Con la creación del Servicio Extremeño de Salud, el 061 se integró en el 112. Actualmente, funcionan en la región 16 y dos helicópteros medicalizados (con base en Don Benito y Malpartida de Cáceres).

En la calle

De todas las asistencias que realiza la UME, el 30% son en la calle y, el resto, en domicilios y traslados hospitalarios. Desde el inicio este servicio, los accidentes de tráfico eran un porcentaje importante de sus salidas y además especialmente graves. A partir de 2004 constataron que empezaron a disminuir, coincidiendo con las campañas de concienciación y el carnet por puntos. No obstante, desde 2020 observan un incremento de los accidentes de tráfico en áreas urbanas, sobre todo atropellos.

Demetrio Pérez rompe una lanza por estos profesionales. Como médico especialista en Cuidados Intensivos recibía a los pacientes más graves que trasladaban al hospital. «Conocí un antes y un después desde el nacimiento de la UME, pues no tiene nada que ver cómo llegan ahora los pacientes graves, ha sido un paso de gigante en la asistencia sanitaria».

"No me arrepiento"

Testigo en primera línea es la enfermera Toni Escobar, que lleva 25 años en este servicio. «En una UME es verdad que ves la muerte y la resucitación a la vida más cercanas que cuando trabajas en una planta o en Urgencia hospitalaria y 25 años ten dan muchas experiencias e impresiones». Cuando empezó ya tenía su plaza en propiedad en Urgencias en Don Benito. Por razones personales se trasladó a Badajoz y fue cuando empezó la UME.Dejó la plaza fija para empezar como interina «y no me arrepiento».

La enfermera Toni Recio.

La enfermera Toni Escobar. / S. GARCÍA

Más que la sensación de no haber llegado a tiempo, lo que le ha quedado en ocasiones es «no haber podido hacer nada, porque hay patologías que por llegar 5 o 10 minutos antes no se pueden resolver, son lesiones incompatibles con la vida». De las innumerables emergencias que ha atendido especialmente recuerda cuando su marido sufrió un infarto y estaba de enfermera en la unidad. «Me puse más nerviosa que en cualquier otra asistencia». El protocolo de infarto se activó y ahora su marido «está fenomenal, con dos bypass, un stent y trabajando en admisión de urgencias del Materno».