Regeneración urbanística de uno de los espacios más degradados del Casco Antiguo

La calle Encarnación de Badajoz tendrá un centro abierto al barrio para su revitalización

Cuando el ayuntamiento adquiera la vivienda y los solares que aún son privados, adecuará la nueva plaza y construirá el edificio al mismo tiempo

El equipo de gobierno asegura que se hará esta legislatura

La parta más baja de la calle Encarnación, donde serán derribadas las casas de la derecha.

La parta más baja de la calle Encarnación, donde serán derribadas las casas de la derecha. / A. M. R.

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

El tramo de la calle Encarnación entre San Pedro de Alcántara y Morales es uno de los más degradados del Casco Antiguo de Badajoz. Cumple casi todos los parámetros de abandono y dejadez: viviendas ruinosas (algunas habitadas), fachadas mugrientas, solares en los que antes hubo casas donde proliferan los jaramagos y otros colmados de basura y muebles desvencijados, pavimento que un día fue de plataforma única levantado, desperdicios y enseres inservibles en las aceras y, como remate y a la vez consecuencia, sin trasiego de gente. Aseguran los pocos vecinos que viven en esta calle que lo que sí proliferan son las ratas.

Así está el pavimento de la calle Encarnación.

Así está el pavimento de la calle Encarnación. / A. M. R.

La regeneración urbanística de este entorno está prevista desde hace 35 años por el Ayuntamiento de Badajoz, que pretende terminar de derribar las casas de cuya propiedad se ha ido haciendo para abrir una plaza pública en el tramo final y levantar además un edificio de uso dotacional.

Solar cubierto de jaramagos.

Solar cubierto de jaramagos. / A. M. R.

El nuevo equipo de gobierno ha puesto fecha a esta actuación. El concejal de Gabinete de Proyectos, José Luis González, está convencido de que podrán hacerlo en la actual legislatura. «No quiero pensar que no», recalca. Sabe que esta actuación lleva años en el Plan General Municipal (PGM), pero aclara que en el PGM «se establecen líneas a futuro».

Solar lleno de enseres, basuras y escombros.

Solar lleno de enseres, basuras y escombros. / A. M. R.

González reconoce que Encarnación «necesita» esta intervención: un espacio amplio para acabar con «las zonas oscuras», por el que «la gente pueda pasar libremente», porque «eso ayuda a regenerar el barrio». El concejal anuncia además que cuando se actúe en la nueva plaza, también intervendrán en las calles aledañas. «Nos lo planteamos como un proyecto para rediseñar el entorno, para que quede como un conjunto integrado». Eso supondrá que la calle Luis de Morales tendrá plataforma única.

Propiedad de un banco

El último paso que ha dado el consistorio ha sido licitar el derribo de cuatro viviendas municipales que aún quedan en pie. Además, de los solares afectados, algunos ya son propiedad del ayuntamiento, pero otros no, según el concejal, que asegura que Patrimonio está trabajando en la adquisición. «Es un proceso complejo porque muchos son herencias con varias partes y cuesta encontrar a los propietarios».

En algunos solares aún privados el ayuntamiento ejecutó los derribos de forma subsidiaria porque eran viviendas en estado de ruina. Además, queda en pie una casa que es propiedad de un banco, con el que está en negociación para adquirirla. El concejal no se atreve a dar fechas. «El plazo lo marca lo que se tarde en adquirir esa vivienda y esos solares, porque Patrimonio lleva bastante tiempo trabajando, cuesta mucho armar un expediente», expresa.

Basura en las aceras.

Basura en las aceras. / A. M. R.

Su intención es que, según se vayan adquiriendo, se inscriban como propiedades municipales y, en su caso, proceder al derribo si es una casa o una medianera. Dejarán todo el área «despejada», sin vallar, «para que se vea la zona libre, como quedará en un futuro con la plaza».

González alerta de que el cierre de los solares con muros provoca la acumulación de basuras en el interior, como está ocurriendo. Cuando esté todo el suelo disponible, el ayuntamiento ejecutaría el proyecto de la plaza y del edificio dotacional «conjuntamente». Según el PGM el uso de este inmueble debe ser asistencial y recreativo social. Al concejal se le ocurren como posibles usos la sede de una asociación de vecinos, un centro de mayores, de formación para el barrio o un centro cívico. Lo que sí confirma es que la intención del equipo de gobierno es que «este edificio dé servicio a esta parte del barrio y que tenga vida». Descarta, por lo tanto, su uso administrativo con horario de mañana. «Queremos que sea un lugar abierto al barrio».


"Hay ratas, basura y nos tiramos hasta cuatro días sin luz"

En el tramo final de la calle Encarnación quedan pocos vecinos. Flora vive desde hace más de cuatro años en el número 62. Su marido lleva diez. Tienen dos hijos pequeños. Su casa está al final, en la esquina, y no es de las que se van a derribar. «Hay bastantes ratas y tiran basura, a pesar de que hay niños pequeños, esto ha ido a peor, se ha dejado, día sí y día no se va la luz y nos quedamos cuatro días sin electricidad». Esta joven está deseando que se haga la plaza.

La casa de al lado también está habitada. Es la antigua Ratonera, donde vivieron Los Chunguitos. Enfrente, en una de las viviendas pendientes de derribo, viven tres toxicómanos con varios perros y gatos. La basura se acumula en el exterior.

Magdalena, junto a la casa en la que vive con su madre y su hijo.

Magdalena, junto a la casa en la que vive con su madre y su hijo. / A. M. R.

Magdalena Silva tiene 34 años y asegura que lleva «toda la vida» viviendo en el número 91 de la calle Encarnación, en la misma casa donde nació, que ya es propiedad del ayuntamiento «desde hace años» y de la que se tiene que marchar porque es uno de los inmuebles que se va a derribar. «En junio van a tirarla y nos vemos en la calle», se lamenta, al tiempo que reclama una solución, «una vivienda digna». «No me voy a ir hasta que me eche una excavadora», avisa. Su hermana vive a pocos metros, en una casa rehabilitada. Pero Magdalena pide una solución para ella, su hijo de 10 años y su madre. La joven se queja del mal estado de la calle «está llena de ratas, aquí no viene nadie, dejan un sillón tirado y ahí se queda».