Oliver y Agapito instan a los mexicanos a dimitir en el Badajoz

Nuevo serial en el capítulo de sucesos extradeportivos del Badajoz. A primera hora de este lunes, el Badajoz, así como su presidente, Luis Díaz-Ambrona y el directivo Miguel Leyva han recibido un burofax cuyo remitente es Javier Peña, un representante de la sociedad que conforman los empresarios Agapito Iglesias y Luis Oliver. En esta comunicación se afirma que tras los impagos que se han producido por parte de los inversores mexicanos a los antiguos propietarios, estos recuperan el control del club, destituyendo a José Luis Orantes y a Miguel Leyva de la administración y nombrando al propio Javier Peña como administrador único de la entidad blanquinegra. 

Mediante este escrito, instan a la todavía actual propiedad a convocar un nuevo consejo de administración donde se nombren a dos nuevos consejeros de Lanuspe en un plazo de dos días naturales. En el caso de que no lo hagan, tendrían 40 días para realizar una junta general, en la que Oliver y Agapito están dispuestos a exigirles medidas civiles y penales contra estos administradores.

Parra afirma que quiere recuperar el control del Badajoz

Javier Peña pasaría a ser administrador de la sociedad y el encargado de tomar las decisiones junto con el  resto del consejo. También se pretende buscar la ayuda de la Plataforma Sentimiento Blanquinegro para la gestión del club.

Además, según expresan fuentes de Oliver y Agapito, en el caso de volver estarían dispuestos a hacerse cargo de la deuda existente con la Agencia Tributaria de 150.000 euros y a abonarles las nóminas pendientes a todos los trabajadores que aún no han percibido sus nóminas de diciembre y enero. Según explican, su objetivo es volver al club para intentar buscar la permanencia para que el club no se devalue con un descenso y poder volver a buscar nuevos compradores este verano.

Cuentas embargadas

El juzgado de Instrucción Número 6 de Málaga acordó embargar las cuentas del club, al considerarlo un instrumento para que Joaquín Parra y sus socios cometieron delitos de blanqueo y falsedad documental. Sobre ello, la antigua propiedad que aspira a regresar al Nuevo Vivero confía en ganar un recurso en el que apunta que el club no es cómplice ni cooperador, sino una víctima del delito de Parra, con lo que esperan que pueda prosperar y que el club recupere la normalidad y no vea peligrar su viabilidad.

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