Fútbol. Segunda Federación

Iñaki Alonso, una vuelta en números rojos con el Badajoz

El entrenador blanquinegro cumple una vuelta desde que llegó y firma datos de descenso

Iñaki Alonso, en el banquillo del Nuevo Vivero

Iñaki Alonso, en el banquillo del Nuevo Vivero / Andrés Rodríguez

Luis Rollano

Luis Rollano

Iñaki Alonso cumplió este domingo una vuelta entera como entrenador del Badajoz. En los 17 encuentros que ha dirigido al club blanquinegro el técnico vasco cuenta con un bagaje muy negativo firmando números de descenso tras haber logrado durante este tiempo siete derrotas, seis empates y tan solo cuatro victorias, firmando unos discretos números que le colocan como uno de los entrenadores que peores registros han firmado en su etapa en el Nuevo Vivero.

Si se trazara una clasificación desde la jornada 8, cuando el propio Alonso llegó al cargo, hasta la 24, en el último duelo ante el Numancia, se puede observar cómo el cuadro blanquinegro ocupa exactamente la misma posición que actualmente tras la totalidad de partidos jugados hasta la fecha: la posición número quince, con 18 puntos en 17 envites. En este sentido, el de Durango mejora tímidamente el registro global, que dibuja exactamente de una media de un punto por partido (24 por 24).

Lo que sí que parece claro es que Iñaki Alonso no ha conseguido el objetivo para el que fue contratado, que era el de pelear por los primeros puestos de la tabla. A falta de diez jornadas para la conclusión de la liga, cinco puntos le separan de las posiciones de permanencia, una distancia que, si bien no es insalvable, sí que es importante y deja a las claras que la salvación será el mayor botín que el Badajoz podrá obtener en esta temporada en la que estaban llamados a ser «el Real Madrid de la categoría» y que ha acabado siendo una profunda decepción en lo deportivo y aún más dantesca en lo institucional.

Una racha demasiado efímera

Tras el primer partido de Iñaki Alonso ante el Navalcarnero -mismo rival de este domingo-, el cuadro pacense se marcó una prometedora racha de tres triunfos consecutivos que le sacó del descenso y le ubicó muy cerca de las posiciones de ‘play-off’. No obstante, esa dinámica fue tan ilusionante como efímera, pues después de derrotar de forma consecutiva al Talavera -por aquel entonces líder-, Villanovense -a domicilio- y al Cacereño -en un multitudinario derbi-, los blanquinegros se sumieron sin saberlo en una pésima racha de casi 100 días sin ganar que desterró toda opción de pelear por los puestos altos y le condenaría a tratar de evitar un nuevo descalabro en forma de descenso. No es una lucha baladí, pues se juegan librarse de bajar de categoría por segunda vez en menos de un año. Y lo que es peor: en 2021 se quedaron a un gol de subir a Segunda y ahora, tres años después, tienen que darlo todo por eludir una estrepitosa caída hasta la Tercera Federación, un batacazo que sería un durísimo mazazo en lo deportivo y que firmaría de forma casi definitiva la sentencia de muerte de un club ahogado por un concurso de acreedores del que solo puede salir si consigue ir ascendiendo de categoría.

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