Europa en Extremadura

Extremadura: Cuatro décadas creciendo con Europa

Cada 9 de mayo, Europa celebra su día y con él la paz y al unidad del continente. Esta jornada coincide con el aniversario del discurso del político francés Schuman, en el que expuso su idea de una nueva forma de cooperación política en Europa. Extremadura disfruta desde hace 38 años de este hermanamiento entre regiones y países

Bandera de Europa ondean en el Parlamento Europeo.

Bandera de Europa ondean en el Parlamento Europeo. / EL PERIÓDICO

Han pasado 38 años (1986) de la entrada de España en la Comunidad Económica Europea (ahora, Unión Europea) y, en este tiempo, Extremadura dejó atrás su versión más lóbrega y menesterosa para, ahora, ofrecer una renovada, competitiva y luchadora. Y en esta evolución, Europa ha jugado y juega un papel protagonista, y no solo por el dinero procedente de Bruselas que ha posibilitado y posibilita mejoras en casi todos los ámbitos de la comunidad autónoma, sino también porque Extremadura ya ocupa un lugar destacado en la Unión Europea. Y la Junta, sabedora de la importancia de este papel, cuenta desde 1992 con la Delegación de Extremadura en Bruselas, que se encarga de defender los intereses de la región ante las instituciones comunitarias, además de acercar las actividades de la Unión Europea a la región.

Desde el Ejecutivo extremeño se echa la vista atrás y se destaca que la incorporación en la Comunidad Económica Europea eliminó las barreras arancelarias y no arancelarias, y, la posterior entrada en vigor del Mercado Único Europeo, «permitiría no solo la libre circulación de bienes, también de servicios, personas y capitales, y ha facilitado el acceso de Extremadura a nuevos mercados, máxime cuando la Unión Europea (UE) no ha dejado de crecer en número; es decir, es un proceso de integración económica abierto».

De hecho, la Unión Europea se constituye como un «factor fundamental para entender y explicar la arquitectura y realidad institucional, política, económica y social de Extremadura», se aclara desde la Consejería de Presidencia, que insiste que «el flujo europeo ha determinado estrategias, estructuras, políticas y acciones de la región en, prácticamente, todas las dimensiones de su ámbito competencial».

Así, las políticas de la UE sobre agricultura, desarrollo regional, transporte e innovación han impulsado la transformación de esas materias en Extremadura y de la propia comunidad autónoma. «Esta influencia se ha consolidado a través de unos flujos financieros en forma de fondos europeos que han transformado las prioridades generales en proyectos concretos que han redundado en una mejora sustancial en el bienestar de la ciudadanía extremeña».

Sin embargo, si Europa insufla riqueza en Extremadura y la integración económica origina oportunidades, no se produce una convergencia en renta y, por ello, existen los fondos estructurales de los que Extremadura se beneficia y genera un VAB (valor agregado bruto) y empleo.

Evolución del PIB extremeño y la estructura económica

La presencia de la Unión Europea ha facilitado que los extremeños se acerquen al nivel medio de producción por persona español (PIBpc) y esta aproximación la Junta la ilustra con datos: En 1985, el PIBpc extremeño se situaba en el 64% del PIBpc español y en 2022 pasó a 75,8%. «El PIBpc se cuantificaba en 3.100 euros en 1985 y en 2022 era de 21.400 euros. Es decir, la tasa de crecimiento medio anual del PIBpc se ha posicionado en un 5,36% en los últimos 37 años».

A estas cifras se suma que, en 1986, la economía extremeña no contaba con una proyección exterior y las relaciones comerciales se circunscribían a las regiones españolas. De hecho, las exportaciones eran casi inexistentes y, diez años después, el PIB se asentaba en el 4%. Pero, desde 1995, se experimentó un giro destacado: la integración de la comunidad en los mercados internacionales y «en 2022, su grado de apertura se colocó en el 23,37% del PIB. En el 2023, el 83,3% de las ventas extremeñas fuera de España se dirigieron hacia la Unión Europea, incluso un nivel superior que la media española». 

Todo ello ha supuesto también un cambio en la estructura económica de la región. Así y según indica y compara la Consejería de Presidencia, hace 38 años, el sector agrario generaba el 16,4% del PIB, un 10,9% la construcción y el sector servicios el 54,1%. 

Sin embargo, con el paso de los años, Extremadura evoluciona hacia una economía «más dependiente aún de los servicios con una pérdida de peso relativo del sector primario, la construcción y la industria, aunque la escasa industrialización provocó un transbordo desde el sector agrario directamente al terciario. En el año 2022, los servicios producían el 70% del VAB y el peso de la agricultura se había reducido a la mitad de lo que contribuía en 1985, un 7,7%».

Por su parte, el empleo siempre ha sido la variable más precaria y durante varias décadas superaba el 20%. Sin embargo, la intervención de la Unión Europea también ha permitido un aumento del número de ocupados, pasando de los 288.200 de 1985 a los casi 400.000 de 2022.

El dinero y su plasmación

La Comunidad Autónoma de Extremadura se encuentra inmersa en los programas Feder para recibir ayuda del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, dinero que destina a empleo y crecimiento, entre otros campos. Del programa Feder de 2014-2020, la región recibió 791.656.984 euros y el actual 2021-2027, la asignación asciende a 919.174.855 euros.

Este dinero se dedica al sector primario, a la industria agroalimentaria, el sector servicios, medio ambiente, turismo... y algunos de estos proyectos ya visibles son Life Montado-Adapt, tren de alta velocidad Extremadura, hostelería y agroturismo, territorio Eurobird, polígono industrial de Navalmoral, Life ScrunbsNet, Go Cereza, estación depuradora de aguas residuales en Plasencia, la Facultad de Medicina en Badajoz, ReNatural NZEB, zona Zepa en Badajoz, centro social de la barriada pacense de Suerte de Saavedra e impulso de eficiencia energética en sistema urbanos y edificios de Badajoz.