Renovación

El PSOE aleja hasta "finales de 2025" el congreso previsto en otoño para enterrar el debate sucesorio

En la ejecutiva socialista buscan reforzar el hiperliderazgo del secretario general y sortean cualquier debate orgánico sobre la preparación de una sucesión o el impulso de liderazgos complementarios a Sánchez

Iván Gil

Los cinco días de abril en los que Pedro Sánchez se planteó renunciar a la presidencia del Gobierno sumieron al PSOE en la incertidumbre y dejaron entrever la hipótesis de la sucesión como un tabú. Una “pantalla” que ningún dirigente de la ejecutiva quiso plantear, al menos abiertamente, y que tras la decisión de Sánchez de no dimitir se pretende postergar lo máximo posible. Tanto es así que ahora se descarta en Ferraz la celebración de un congreso federal el próximo otoño, tras cerrarse el actual ciclo electoral, para después celebrar en cascada los congresos autonómicos pendientes. El propio Pedro Sánchez había puesto sobre la mesa este calendario tras los comicios gallegos, al reconocer que por el adelanto de las generales “nos quedamos con algunos deberes por hacer y cuando terminen las elecciones europeas tendremos que abordarlos, como es la renovación de liderazgos territoriales”. Una tarea, según urgió, “que tengo que hacer como secretario general del PSOE”.

Durante estos días se han disipado las prisas y la celebración de este proceso se enfría para situarlo “más a finales de 2025”, en lugar de tras las europeas, según fuentes de la dirección. Tanto si el congreso federal se convocase para este otoño como a finales del próximo año no sería de carácter extraordinario. Los estatutos marcan que los congresos del partido se convocan de forma ordinaria entre el tercer y cuarto año desde la celebración del anterior. Con todo, en las filas socialistas sortean cualquier debate orgánico sobre la preparación de una sucesión o el impulso de liderazgos complementarios, y en cualquier caso se remiten a que se dilucidaría en primarias.

Mientras en la minoría crítica del PSOE con la actual dirección matizaban tras la decisión de Sánchez que su apoyo se ceñía a lo personal, sin extenderlo a lo político, en la ejecutiva buscan reforzar el hiperliderazgo del secretario general. “Sin ninguna duda es un activo irrenunciable”, según lo calificaba este lunes en rueda de prensa la portavoz del partido, Esther Peña. Preguntada sobre si se ha hecho una reflexión sobre la existencia de un liderazgo demasiado centralizado, Peña acallaba cualquier tipo de debate poniendo en valor su gestión al frente del Gobierno y destacando que en las generales mejoró los resultados del partido al cosechar un millón más de votos. “Estamos encantados con su liderazgo en la presidencia del Gobierno y en el partido”, concluía.

Pedro Sánchez ya dio portazo a este debate al día siguiente de anunciar su continuidad al frente del Ejecutivo. “Estoy con ánimo para estos tres años y los que quieran los españoles con su voto. Si los españoles quieren que continúe siendo líder del PSOE, mientras yo tenga ganas lo voy a hacer”, señaló durante una entrevista en la Cadena Ser. Una posición que volvía a repetir durante otra entrevista este fin de semana con ‘El País’, zanjando que “no ha llegado el momento de la sucesión”.

Además de las matizaciones sobre el cierre filas expresado sin excepciones en el comité federal, las críticas al centralismo se han extendido estos días entre algunas federaciones al denunciar imposiciones de Ferraz en las listas europeas. Principalmente en Aragón y Andalucía. El secretario general de los socialistas aragoneses, Javier Lambán, arremetió contra lo que consideró "una humillación para la militancia" que la dirección designase con el "2% del apoyo" de los afiliados a la senadora por Huesca y ex delegada del Gobierno en Aragón, Rosa Serrano, en detrimento de la todavía eurodiputada aragonesa Isabel García, preferida por la dirección autonómica. En la federación andaluza, por su parte, se ha criticado que solo cuenten con una candidata en puestos de salida, frente a los dos de otras federaciones con menor peso.

Relevos en las federaciones

Las tensiones entre un modelo más centralista o más federalista vienen de atrás, y el debate latente sobre la sucesión que se abrió tras la “reflexión” de Sánchez se suma a las resistencias para dar un paso al lado de algunos de los actuales secretarios generales que perdieron sus gobiernos en las últimas elecciones. De ahí la urgencia en Ferraz por “hacer los deberes”, con la receta del líder de los socialistas de promover un “cambio generacional” en los liderazgos territoriales, que ahora choca con la intención de no abrir los procesos orgánicos hasta 2025. Por el momento, solo se han adelantado Extremadura, Comunidad Valenciana y Galicia.

Una amplia renovación que se naturaliza como parte de un “ciclo vital cumplido”. “Igual que lo pudo hacer el PP, cuando estaba en la oposición, lo tenemos que hacer ahora nosotros”, argumentan fuentes de la cúpula.

Más allá de Aragón, donde todas las miradas se dirigen a la ministra de Educación, Pilar Alegría, para tomar el relevo de Lambán, no se han destapado todavía 'candidatables'. En territorios como La Rioja, por ejemplo, normalizan esta situación. Su secretaria general, Concha Andreu, asegura que no ha tomado una decisión sobre si presentarse o no a la espera de candidatos que vayan a dar un paso al frente.

El 'modelo' Andueza

El mensaje que se traslada a los territorios es que deben rearmarse y promover liderazgos “transversales”, con capacidad de aglutinar apoyos más allá de las siglas, para frenar su declive electoral. Afianzar “proyectos de largo recorrido” para aglutinar voto “más allá del PSOE”.

Después de las elecciones vascas, en las que los socialistas subieron de diez a doce diputados y reforzaron su papel como socios decisivos del PNV para sumar mayoría, Sánchez trasladó a su ejecutiva que la campaña de Eneko Andueza era el “modelo” a seguir para otros territorios. “La receta” a importar. “Con liderazgos bien trabados en el territorio y centrados en la agenda social”, según resumieron fuentes del partido. El debate orgánico está latente, pero por el momento se aleja en el calendario. Sin un congreso federal a la vista, la única forma de acelerarlo pasa por forzar antes los congresos autonómicos. Una prerrogativa de Ferraz, pero que alentaría el riesgo de choque con algunos territorios y a que se impongan en primarias candidatos críticos con la dirección.