Opinión | En positivo

Momento para Plasencia

Extremadura tiene unas excelentes condiciones naturales para conectarse, pero lo que la naturaleza ha dado, nos lo ha quitado el hombre. Las depresiones del Guadiana y Tajo convierten a Extremadura como lugar de paso entre el Mediterráneo y el Atlántico. La conexión por carretera entre Lisboa y Valencia ya está en marcha, ahora hay que acelerar los ritmos y que se vayan cumpliendo los plazos con el mayor rigor, cosa que ya no está ocurriendo. La conexión ferroviaria también está en marcha, aunque tampoco se están cumpliendo plazos, hay concursos licitados hace más de un año sin adjudicar y la DIA de electrificación va con retraso. Es razonable pensar que en 2026 pueda estar terminada la electrificación. Hay que estar vigilante. Después tocará impulsar la mejora del trazado antes del 2030.

Ahora los retos principales están en las conexiones del norte de Cáceres, lo que podría poner a Plasencia como un nuevo centro de comunicaciones. La pasada semana el Gobierno de Portugal hizo pública su decisión de que la carretera entre Castelo Branco y Monfortinho tendrá trazado de autovía con cuatro carriles. Esto parecía lo lógico, pero hasta la semana pasada no era lo previsto. En pocos días adjudicarán el proyecto de la obra. La mitad del trayecto ya tiene DIA, por lo que pretenden empezar las obras en 2025. De la parte que no tiene DIA se comprometen a buscar la solución. En la española faltan 17 kilómetros, responsabilidad de la Junta de Extremadura, que está en fase de adjudicar los proyectos con un plazo de ejecución de 10 meses. Es razonable estimar que en 2024 podría licitarse la obra y estar concluida en 2026. Es posible. 

El otro reto es recuperar la conexión ferroviaria entre Plasencia y Salamanca. Hace un año parecía una pretensión romántica. Hoy se ha conseguido colocar en agenda. En los próximos meses el Parlamento Europeo debe aprobar una revisión de la RTE-T. Estamos a tiempo para incluir este tramo dentro del Corredor Atlántico prioritario. Estos días el presidente de la Junta ha estado en Bruselas y ha hecho gestiones en este sentido. No es fácil, pero el impulso de varios grupos y el apoyo del Gobierno de España lo podríaan hacer posible. Mientras tanto, el Gobierno debería haber hecho un estudio de viablidad de este tramo, pero aún no hay noticias. Si se aprueba bien, y si no, ya hemos visto que hay que lucharlo y se conseguirá antes de lo que muchos imaginan. El 17 de marzo habrá un encuentro en Salamanca para reivindicarlo. Parece que puede ser el momento de Plasencia y Salamanca, lo que puede impulsar el desarrollo de todo el Oeste Ibérico cosiendo la Raya. Pero nunca las cosas son fáciles y rápidas. Requieren trabajo y constancia. Así como unidad de territorios y de partidos y que la sociedad lo exija. Merece la pena intentarlo.