Opinión | EL CHINERO

La Edusi

Se ha echado de menos un poco de autocrítica por no haber sido capaces de gastar todo el dinero concedido

El parque de La Viña, en obras.

El parque de La Viña, en obras. / LA CRÓNICA DE BADAJOZ

La vamos a extrañar tanto. A la Edusi. Cuántos titulares de proyectos y cuántos del proceso de ejecución se ha llevado. Titulares merecidos, porque han ido informando del seguimiento de un montón de actuaciones convertidas poco a poco, mes a mes, año a año, en realidades repartidas por distintos barrios de Badajoz.

Para quien no lo sepa, la Edusi es el acrónimo de Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado. El Ministerio de Hacienda la aprobó en octubre de 2016 y a Badajoz le correspondió nada más y nada menos que una inyección de 18.750.000 euros, de los cuales, 15 millones eran fondos europeos (el 80%) y el 20% restante (3.750.000 euros) correspondía a cofinanciación del ayuntamiento. Los proyectos financiados se fueron presentando a cuentagotas y era difícil llevar la cuenta de cómo se estaban desarrollando en su conjunto.

Nadie puede poner en duda que la Edusi ha supuesto la consecución de iniciativas importantes para la ciudad y para los barrios donde se ubican. Ha pasado tanto tiempo entre el anuncio y la ejecución que no es fácil tener una visión completa del conglomerado de beneficios que ha reportado este programa, del que quedan remates pendientes a pesar de que el plazo para concluirlo expiró el 31 de diciembre de 2023.

Esta semana, el alcalde, Ignacio Gragera, ha comparecido con todo su equipo en las Casas Consistoriales para hacer balance de los resultados de estos fondos. La rentabilidad es incuestionable. Gracias a la Edusi, desde septiembre los ciudadanos disfrutan del corredor verde de la calle Stadium, con su muralla destapada y 20.000 metros cuadrados de pradera sin sombra que el verano se encargará de cambiar de color. Con el resultado no hay unanimidad.Pero ahí está. Sin la Edusi, tal vez seguiría siendo un sueño del anterior alcalde, Francisco Javier Fragoso, a quien hay que reconocer su empeño. Como también gracias a la Edusi se está rehabilitando el antiguo San Pedro de Alcántara, que será sede de la Escuela de Artes y Oficios. Se acabó el plazo que marca Europa para hacer uso de sus fondos y las obras no han terminado. Los imprevistos.

Tampoco están acabadas las instalaciones del centro social y deportivo de Suerte de Saavedra. Será un antes y un después para el barrio. Lo anunció Fragoso en marzo de 2021 y hasta julio de 2023 no se adjudicó la obra. Se tuvo que volver a licitar porque el primer concurso quedó desierto. Demasiado ajustado de presupuesto. A ninguna constructora le salían las cuentas. Las obras pudieron empezar por fin y terminar así con el desasosiego de los vecinos. Aunque van a buen ritmo, no están en tiempo y fecha. El ayuntamiento las rematará con sus fondos. Lo mismo que ha sucedido con el parque de Padre Eugenio, el de La Viña, el más maltratado de cuantos existen en la ciudad, por los vándalos y la desidia. El alcalde asegura que la obra está casi al 94%. No es lo que parece a simple vista. También el ayuntamiento tendrá que arrimar lo que falta por hacer. Así como al Camino Cubierto, donde han aparecido restos arqueológicos que eran de prever. Tan ajustada se ha iniciado, que está pendiente de que Patrimonio determine qué se hace con los restos. Se pondrán en valor y será con dinero municipal.

Gragera calcula que de la Edusi se han perdido casi 2,5 millones de Europa. Incluye el albergue de El Progreso que no cuajó (de lo que culpa a la oposición socialista) y una app sobre turismo inteligente cuya adjudicataria renunció, así como los remates pendientes y las adjudicaciones a la baja. La pandemia, la crisis de abastecimiento y la subida de costes han podido complicar muchas obras. Pero siete años dan mucho de sí y entre las dificultades reconocidas se ha echado de menos un poco de autocrítica, por no haber sido capaces de gastar todo el dinero concedido. Badajoz no está en situación de desperdiciar. El premio a diligentes y espabilados se queda desierto.