Opinión | EL CHINERO

Un viaje en vano

Han viajado a Madrid con las carteras llenas de proyectos pendientes del ministerio y han regresado de vacío

Gragera y Urueña, a la derecha, con el director general de Carreteras.

Gragera y Urueña, a la derecha, con el director general de Carreteras. / AYUNTAMIENTO DE BADAJOZ

El alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, se fue de viaje el jueves a Madrid con el concejal de Urbanismo y Vías y Obras, Carlos Urueña. Llevaban las carteras llenas de proyectos pendientes que competen al Ministerio de Transportes, algunos añejos, y parece que volvieron de vacío.

Según el comunicado que remitió el ayuntamiento como conclusión de los asuntos abordados, Gragera valoró «positivamente» la reunión con el director general de Carreteras, Juan Pedro Fernández, y se han emplazado a nuevos contactos. Demasiado optimista parece este alcalde, pues un repaso rápido a las cuestiones que se pusieron sobre la mesa y a los compromisos que se adquirieron no lleva a la conclusión de que el ministerio haya dado un nuevo y definitivo impulso a alguna de las actuaciones que tiene pendientes y que atañen a esta ciudad.

El ejemplo más claro es el de la urbanización del final de Ricardo Carapeto, la principal avenida de la barriada de San Roque que, por formar parte de una vía estatal como era la antigua carretera de Madrid, la titularidad corresponde al Gobierno central. Es desesperante -por decirlo de una manera suave- que esta obra se anunciase hace más de 10 años, que se adjudicase en mayo del 2023 y todavía no haya comenzado. Como desesperante es la situación en que se encuentra el final de esta transitada avenida: de un tramo completamente urbano que carece de aceras y de alumbrado público. Son apenas 300 metros y, según figura en el proyecto del ministerio, el plazo de ejecución es de dos años. Dos años para urbanizar 300 metros. Por si esto no fuese suficiente, el «compromiso» que se ha traído Gragera de Madrid es que las obras comenzarán en marzo. O sea, en el mes actualmente en vigor, que es la última fecha que se había manejado con anterioridad y que equivale a «empieza ya mismo».

Otros diez años llevan esperando los vecinos de Cerro Gordo que se cumpla el anuncio de la construcción de una segunda rotonda de acceso al barrio. Según el mismo comunicado que envió el ayuntamiento tras la reunión en el ministerio, a esta glorieta le quedan anuncios para rato. De momento, el próximo plazo que maneja el Gobierno socialista es que en este primer semestre de 2024 se aprobará la redacción del proyecto. Lo último que publicó este diario, en diciembre pasado, con la Delegación del Gobierno como fuente informativa, es que la redacción del proyecto estaba en su «fase final» y se terminaría «en unas semanas». Ese cálculo era de primeros de diciembre. Con lo cual, la fecha que se trajo de Madrid es mucho más pesimista que la última que se barajaba.

El tomo que más pesaba en la cartera que viajó desde Badajoz, según expuso el propio alcalde antes de marcharse, tiene que ver con el proyecto del soterramiento de una parte de la BA-20, popularmente conocida como autopista. En plena campaña electoral -su primera campaña dentro del PP-, Gragera rescató un proyecto del alcalde Miguel Celdrán, con algunos cambios. Fue curioso aquel anuncio previo a las elecciones de un proyecto que no se mencionó cuando los populares presentaron a bombo y platillo su programa para los comicios de mayo. Dio la impresión que se lo sacaron de la manga. Una vez elegido y con la posesión tomada, el alcalde insistió y se dirigió al ministerio para pedirle que se encargase del proyecto y de la financiación, sin descartar la cofinanciación municipal.

Del viaje del jueves se trajo lo que ya tenía: ni sí ni no ni todo lo contrario. El ministerio, según la propia versión del ayuntamiento, renuncia a la financiación exclusiva de esta actuación, aunque valorará la posibilidad de colaborar con otras administraciones, que no puede ser otra que el propio ayuntamiento. Vamos, que aun siendo el Estado el titular de la autopista, no asumirá toda la inversión, que es lo mismo que había planteado el alcalde, pero dicho en Madrid. Del sistema antiniebla del aeropuerto, otro asunto sin resolver, ni hablaron. Un viaje en vano.