Opinión | EL CHINERO

Sangre gorda

El Ayuntamiento de Badajoz acaba de iniciar el proceso para cambiar el uso del suelo donde se construirá el instituto de Cerro Gordo. Educación aún no ha dado plazos

Las dos parcelas en las que se construirá el futuro instituto de Cerro Gordo.

Las dos parcelas en las que se construirá el futuro instituto de Cerro Gordo. / AYUNTAMIENTO DE BADAJOZ

Parece que avanza. Había avanzado poco. Después de unos cuantos años, parece que el proyecto de construcción de un instituto en la barriada de Cerro Gordo en Badajoz avanza. De alguien se dice que tiene la sangre gorda cuando no reacciona y peca de excesivamente tranquilo e inactivo. Durante años el instituto de Cerro Gordo fue una entelequia: una reclamación de los vecinos que no era atendida por la Consejería de Educación que, cuando estrenó el colegio más grande de la región en esta barriada nació pequeño, pues desde que lo inauguró se han quedado fuera niños del entorno. Los vecinos llevaban avisando de que el tiempo pasa, los niños crecen y cuando terminan Primaria pasan a Secundaria y se ven obligados a salir de la barriada y trasladarse cada mañana a 7 kilómetros, que es la distancia desde sus hogares hasta el centro urbano de Badajoz.

En marzo de 2018 el pleno del ayuntamiento pacense aprobó una declaración institucional instando a la Junta a construir un instituto de Cerro Gordo. En noviembre de 2021 la corporación apoyó por unanimidad una moción del PP para reclamar al Gobierno regional la construcción de dos nuevos institutos: el de Cerro Gordo y otro en Las Vaguadas. La petición se repitió el 28 de marzo de 2022 a propuesta del concejal no adscrito, ex de Vox, Alejandro Vélez, que contó con el apoyo del resto de los grupos, para volver a instar a la Junta. Ese mismo día, la consejería reiteró que estaba realizando «un estudio exhaustivo» de la escolarización y de la oferta de plazas de la ciudad y, en función del resultado, si constataba que existía necesidad, incluiría este nuevo instituto en un futuro Plan de Infraestructuras Educativas.

Entre tanto, los vecinos del barrio llevaban desde principios de ese mismo año protagonizando protestas para reclamar el centro educativo, pues la consejería no mostraba una intención firme de querer construirlo. Habían anunciado una marcha desde Cerro Gordo hasta la Delegación Provincial de Educación para el 5 de junio. Mira por donde el entonces presidente de la Junta, el socialista Guillermo Fernández Vara, se les adelantó y pocos días antes de la protesta, el 25 de mayo, anunció que Cerro Gordo tendría instituto. Era la primera vez que el Gobierno regional se comprometía con este proyecto. Vara no dio ninguna fecha. Solo dijo que empezarían a trabajar en los procedimientos y que había margen de tiempo, puesto que los niños que estaban estudiando en el colegio recién estrenado del barrio no saldrían «hasta dentro de unos años». No se pilló las manos.

Casi dos años han pasado desde aquel anuncio. Vara ya no es presidente. Dos años que se han invertido en decidir la ubicación del futuro instituto. A pesar de ser una barriada de nueva construcción, surgida de la nada, en un cerro gordo desmochado, el Proyecto de Interés Regional (PIR) que sustentó su nacimiento no contempló una parcela suficientemente grande de uso educativo. La de mayor superficie tiene 11.000 metros cuadrados y Educación pedía 16.000. Encontraron la forma añadiendo una zona verde. Junta y ayuntamiento discreparon en el procedimiento. El Gobierno regional, socialista, defendía que tenía que modificarse el Plan General Municipal; mientras que el gobierno local, popular, entendía que era más rápido cambiar el PIR. Para la Junta la perra gorda. Al terreno elegido le salieron taras (afecciones), desde un gasoducto, a la canalización de un arroyo y hasta una vía pecuaria. Finalmente, será otra la ubicación, una que, según el concejal de Urbanismo, Carlos Urueña, ya ofreció al Gobierno de Vara pero rechazó. Se construirá en dos parcelas, una de ellas deportiva, cuyo uso se ha tenido que cambiar. El ayuntamiento acaba de iniciar el proceso y calcula que podrá estar terminado tras el verano. La consejería aún no ha dado plazos, si bien el primer paso para avanzar en un proyecto anunciado hace casi dos años está dado. Dos años para esto. Hay que tener la sangre gorda. Tanto como el cerro.