Opinión | Disidencias

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Toca festejar el día del libro con 23 clásicos imprescindibles y 23 poemas incuestionables

Siendo 23 de abril, toca festejar el libro. 23 clásicos imprescindibles (que serán más) de la literatura universal: 1. Ilíada y Odisea (Homero). El caballo de Troya, Ulises, su regreso a Ítaca, Penélope. 2. Divina comedia (Dante Alighieri).Aprenderás qué dices cuando dices que algo es un espectáculo dantesco. 3. Don Quijote de la Mancha, (Cervantes). Una enciclopedia de sabiduría más divertida de lo que crees. 4. Hamlet (Shakespeare).5. Crimen y Castigo, (Dostoievski). Psicología, dilemas morales y reflexiones filosóficas. 6. Orgullo y prejuicio (también, de Austen, Sentido y sensibilidad).Romanticismo, comedia, belleza... 7. Moby Dick, (Melville).Ufff. 8. Cien años de soledad (García Márquez). Realismo mágico. 9. Anna Karenina (Tolstoi. YGuerra y paz). Una radiografía de lo mejor y lo peor de la condición humana. 10. Ulises (Joyce).Un reto. 11. En busca del tiempo perdido (Proust). Prefiero Fausto (Goethe) o Los miserables (Víctor Hugo). Incluso El lobo estepario (Hesse). Todas bellísimas, todas endiabladamente adictivas. 12. 1984 (yUn mundo feliz y Farenheit 451, de Orwell, Huxley y Bradbury, respectivamente).Son tan reales, tan cercanas y tan inquietantes sus profecías. 13. El principito (Saint-Exupéry). Que no es solo para niños. 14. El extranjero (añado, La peste, de Camus). Nuestro espejo y desafío como humanos. 15. Matar a un ruiseñor (Harper Lee). Emocionante, tierna y dura. 16. El Aleph (y Ficciones, de Borges). Un universo propio. 17. El conde de Montecristo (y Los tres mosqueteros, de Dumas). Aventuras. 18. La metamorfosis (Kafka). Aprenderás qué quieres decir cuando dices que algo es kafkiano. 19. Jane Eyre (y Cumbres Borrascosas, de las hermanas Brontë). ¿Se puede escribir mejor? 20. La montaña mágica (Mann). Cuando necesitas cien páginas para contar un solo día, no te molestan las 900 que te quedan para acabar una historia monumental. 21. Las uvas de la ira (más La perla y De ratones y hombres, de Steinbeck). Novelas sucias, que castigan, que revolucionan. 22. El señor de los anillos (Tolkien). Un caos majestuoso. Y 23. Algo de terror: Frankenstein (más Drácula, Los crímenes de la calle Morgue y otros misterios, de Shelley, Stoker y Poe, respectivamente y algo de Lovecraft: Los mitos de Cthulhu). 

Y, ahora, 23 poemas incuestionables: Elegía (Miguel Hernández), Tú me quieres blanca (Alfonsina Storni), Gacela de la terrible presencia (Lorca, añadiría La casada infiel), Me gusta cuando callas (Neruda), Amor constante más allá de la muerte (Quevedo), Volverán las oscuras golondrinas (Bécquer), Palabras para Julia (Goytisolo), A un olmo seco (Machado), Ir y quedarse (Lope de Vega), Coplas a la muerte de su padre (Manrique), La voz a ti debida (Salinas), La canción del pirata (Espronceda), El remordimiento (Borges), Si el hombre pudiera decir (Blas de Otero), Campanas de Bastabales (Rosalía de Castro), Corazón coraza (Benedetti), Noche oscura (San Juan de la Cruz), Me basta así (Ángel González), Quiéreme entera (Dulce María Loynaz), La princesa está triste (Rubén Darío, también Lo fatal), Vivo sin vivir en mí (Santa Teresa de Jesús), Se equivocó la paloma (Alberti) y El desayuno (de Luis Alberto de Cuenca, añadiendo Soneto del amor atómico). Y Wordsworth (el de esplendor en la hierba) y Whitman (el del club de los poetas muertos) y Donne (el de ningún hombre es una isla) y las flores del mal de Baudelaire y Eliot, Bukowski, Dylan Thomas, Emily Dickinson, Rilke, Celan y reposar, siempre, en algo de Galdós, Baroja, La colmena o Los santos inocentes. Amén.