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RESULTADO DE UN TRABAJO DE DOS AÑOS

La Suerte chequea su futuro

El Diagnóstico de Salud Comunitario identifica los problemas de Suerte de Saavedra que influyen en el bienestar de sus vecinos, como el paro, el absentismo escolar o los conflictos de convivencia

La Suerte chequea su futuro

«Los desahucios no se curan con paracetamol». Con esta frase lapidaria describía ayer el consejero de Sanidad y Política Social, José María Vergeles, el germen y el objetivo del trabajo que se ha venido desarrollando durante los dos últimos años en Suerte de Saavedra por parte de la Comisión Comunitaria de Salud, integrada por profesionales del centro de salud, representantes de sus colectivos y de las administraciones, que ha dado como resultado el Diagnóstico de Salud Comunitario de la barriada.

Este estudio identifica los problemas de este entorno y cómo influyen en el bienestar de sus vecinos: el absentismo escolar repercute en la formación de niños y adolescentes y su escasa preparación académica; los conflictos de convivencia ciudadana y de integración; el desempleo y la dependencia de ayudas sociales; el déficit en el cuidado y mantenimiento de los espacios públicos; los problemas de salud derivados de una alimentación inadecuada; embarazos a edades tempranas y ausencias de espacios para el ocio de los mayores.

Las conclusiones de este trabajo se presentaron ayer en el salón de la parroquia de San Pedro de Alcántara, con la presencia del consejero y del alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, y de numerosos vecinos. También asistió el párroco, Pepe Carracedo.

Para hacer llegar el mensaje que se pretende con esta iniciativa se ha rodado y ayer se proyectó el cortometraje producido y dirigido por Gonzalo Sanz Las gafas de la suerte, con los vecinos del barrio como protagonistas. El argumento es sencillo: una niña de Suerte de Saavedra, Estefanía, encuentra en la calle unas gafas cuyos cristales transforman el mundo que le rodea: sus compañeros de clase se portan bien en el aula, la comida que su madre le prepara es más apetitosa y sus vecinos deciden unirse para mejorar su barrio. En Suerte de Saavedra se ha empezado a hacer lo que hace 14 años comenzó en El Progreso, en cuya experiencia se están basando.

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