TRAS LA DECISIÓN DEL ARZOBISPADO DE CERRAR AL CULTO ESTE TEMPLO DE SAN FERNANDO

Caritas estudia trasladar el Centro Hermano de Badajoz a la parroquia de Santa Teresa

Es una de las opciones que se baraja para dar uso social al convento carmelita y los locales parroquiales. Este recurso para personas sin hogar está en situación de provisionalidad en la antigua ITI desde hace casi 20 años

Instalaciones de la parroquia de Santa Teresa de Jesús, en la barriada de San Fernando.

Instalaciones de la parroquia de Santa Teresa de Jesús, en la barriada de San Fernando. / SANTIAGO GARCIA VILLEGAS

Belén Castaño Chaparro

Belén Castaño Chaparro

No hay tomada una decisión definitiva, pero es una de las opciones que hay sobre la mesa. Cáritas y el Arzobispado de Mérida-Badajoz están valorando la posibilidad de trasladar el Centro Hermano, que atiende a personas sin hogar, a las instalaciones de la parroquia de Santa Teresa de Jesús, que se cerrará al culto el próximo mes de septiembre debido al descenso de fieles y a la escasez de sacerdotes. El arzobispado quiere que estas instalaciones tengan uso social y las cederá a Cáritas, que desde hace casi dos décadas mantiene el Centro Hermano en la antigua ITI, en Huerta Rosales, una sede cedida por la Universidad de Extremadura (Uex), pero que no es definitiva.

Tras no salir adelante el proyecto del centro de acogida temporal que se iba a construir en El Progreso, al que la Junta y Cáritas renunciaron por la fuerte oposición vecinal, la parroquia de Santa Teresa podría resolver la situación de provisionalidad en la que se encuentra el Centro Hermano desde hace casi 20 años, sin que, pese a varios intentos, se haya conseguido solucionar. Si finalmente se traslada, ocuparía el convento carmelita y los locales de la parroquia, que habría que reformar para adaptarlos a su nuevo uso y necesidades, ya que además de la parte residencial, se tendrían que habilitar espacios para talleres. 

El convento cuenta con 8 celdas (habitaciones), además de sala de televisión, cocina, comedor, biblioteca y un patio, mientras que en la parroquia tiene salas de catequesis y salón de actos. El número de plazas sería más o menos similar al que se dispone actualmente en la antigua ITI, en torno a 27.

El templo se mantendrá tal cual y dependerá de la parroquia de San Fernando, que es la que asumirá a la de Santa Teresa, por lo que será la primera la que decida si se celebran cultos de manera puntual o con cierta periodicidad.

El Centro Hermano se puso en marcha en 1995 ante la necesidad de atender a personas sin hogar, que no tenían otro recurso al que acogerse. El perfil de los usuarios y la metodología en estos 27 ha variado mucho y ya no se trata de un centro al que acuden usuarios en busca de refugio y luego hacen vida en la calle, sino que quienes son acogidos participan en programas para lograr su reinserción social y laboral, con acompañamiento continúo y seguimiento. Se trata de ofrecer tiempo y recursos a quienes necesitan encauzar sus vidas y el objetivo final es que pasen a los pisos de vida autónoma que gestiona Cáritas o consigan su propia vivienda para vivir de modo independiente.

«El perfil de las personas que están en el Centro Hermano no tiene nada que ver con el de los usuarios del centro de Bravo Murillo», precisan desde el arzobispado. Este último funciona como albergue temporal para personas sin hogar.

Sin problemas en el vecindario

La primera ubicación del Centro Hermano ya estuvo en San Fernando, en un edificio cedido por Renfe que tuvo que abandonar en 2003 porque se derribó para construir viviendas. Tras unos meses de cierre obligado, volvió a abrirse en la antigua ITI en 2004. Ni desde que está en Huerta Rosales ni tampoco en su anterior etapa en La Estación ha habido problemas con el vecindario. Tampoco el albergue de Bravo Murillo los ha generado.

De momento, aún no se han cedido las instalaciones del convento y la parroquia a Cáritas. En el último año, en este lugar se han alojado una treintena de refugiados ucranianos, que ya han pasado a vivir en pisos, cuya renta está pagando todavía la oenegé. Cáritas les ha ayudado a encontrar trabajo y en breve podrán desenvolverse de manera autónoma desde el punto de vista económico, que era el principal objetivo que se perseguía para que pudieran integrarse con normalidad en la sociedad hasta que acabe la guerra y puedan regresar a su país.

Si Cáritas y el arzobispado deciden trasladar el Centro Hermano a estas instalaciones se reunirán previamente con colectivos y vecinos de la zona para informarlos de primera mano.