Los romeros madrugan para evitar el calor en el camino de Bótoa

La meteorología prometía nubes y los romeros de Bótoa decidieron hacer de la necesidad, virtud: por primera vez, los 17 kilómetros que separan Badajoz de la ermita se recorrieron en horario de mañana.

A las 9.00 horas, Puerta Palmas servía como punto de encuentro para los peregrinos. Estos iban llegando a cuentagotas y reencontrándose con compañeros de camino a los que solo ven de año en año. «Es ya una tradición», decía Teresa Gil, secretaria del Club Caminante Badajoz. «Antes era a las cuatro de la tarde pero este año hemos decidido aprovechar las horas menos calurosas para que se haga más llevadero». No faltaban, aun así, gorros, gorras y crema solar. 

Apenas un minuto después de la hora prevista, el primer pelotón de gente echaba a andar. «¡Aquí no se espera a nadie!», se escuchaba. Bajo el monumento estaba aún otro numeroso grupo, el de Amigos de Badajoz, que salía pasadas las 09.10 horas. También se pudo ver a una veintena de personas luciendo las camisetas con el lema ‘Siempre Fuerte’ en favor de la donación de médula, causa que hizo suya la desaparecida Sargento Débora Grau. 

En la parroquia de Santa María la Real (San Agustín) la peregrinación comenzaba un poco más tarde, a las 10.00 horas. Como manda la tradición, a la salida repartieron dulces y anís a todos los presentes, miembros o no de la hermandad del Resucitado.

En el horizonte, la ermita de la Reina de los Campos. «Unos van más rápido, otros más lento, pero una vez allí nos reencontramos y cogemos los estandartes para entregarle ramos a la Virgen. Para nosotros empieza así la romería de Bótoa 2023».