La obra del conventual de San Agustín en Badajoz saca a la luz su historia

Después de 20 años sin uso, el antiguo colegio San Pedro de Alcántara, que antes fue juzgado, cuartel del Ejército y conventual de San Agustín, está más cerca de volver a tener vida, tras las obras de rehabilitación que están sacando a la luz la historia de un edificio que data de los siglos XVII-XVIII. Ayer fue visitado por el alcalde, Ignacio Gragera, y el presidente de la diputación, Miguel Ángel Gallardo.

Rafael Guridi, uno de los arquitectos del equipo técnico responsable de la obra, recordó que este edificio «magnífico» ha pasado por muchas fases y cada una de las funciones que ha albergado «ha puesto su capa». Si bien, «afortunadamente», salvo las del siglo XIX, han ido tapando lo anterior y lo que han hecho ahora es «destaparlo» y dejarlo en su estado del siglo XVIII. El resultado no será, sin embargo, el edificio de hace tres siglos. «Nunca lo es, para empezar es un inmueble que ha cambiado mucho, va a respetar los elementos importantes, pero se van a ver las instalaciones, procuraremos que de una manera limpia y removible, es decir, siempre las leyes de patrimonio dicen que los nuevos usos sean reversibles, que el día de mañana, si cambian, se desmonten y el impacto sea mínimo».

En el transcurso de la rehabilitación han aparecido elementos «muy interesantes», como las columnas de mármol del claustro que estaban ocultas y los peldaños originales macizos de granito de la «fabulosa» escalera, que se va a rescatar. Cuando se convirtió en juzgado, los peldaños se forraron de mármol blanco y negro.

También han salido a la luz ruinas que han obligado a replantear la cimentación, como ya informó este diario. El arqueólogo Antonio Rodríguez explicó que han encontrado dos aljibes, uno en el centro del claustro mayor, que esperaban que saliese, y otro externo, hallado durante la cimentación del edificio auxiliar previsto para las instalaciones. Existe otro en el claustro menor, ya restaurado. Además, han encontrado tumbas cristianas rupestres (talladas en la piedra) vacías, ubicadas en el ábside de la antigua iglesia de San Lorenzo, del siglo XII, y en la crujía externa pavimentos que corresponderían a dos edificios que desaparecieron cuando se transformó en cuartel. Asimismo, al limpiar las paredes para los revocos nuevos, se han documentado las fábricas de construcción que permiten ver cómo se transformó de convento a cuartel.

Las bóvedas se están dejando limpias y las instalaciones se colocarán con el menor impacto posible. El edificio será la nueva sede de la Escuela de Artes y Oficios Adelardo Covarsí, lo que significa que habrá herramientas, maquinaria y extractores, que requerirán bastantes instalaciones. El espacio disponible sumará casi 3.000 metros cuadrados. Gragera está convencido de que dará tiempo a consumir el dinero que procede de Europa (2,6 millones) antes del 31 de diciembre, como es obligado y los trabajos que queden pendientes se acometerán con cargo a la cofinanciación municipal (20%), sin limitación temporal. El alcalde anunció que dotará una partida presupuestaria para completar la obra. La diputación aporta otro 20% para el equipamiento.

Más de la mitad (entre el 50 y el 60%) del proyecto está ejecutado y la previsión es cumplir el plazo de final de año para que pueda estrenarse el próximo curso, en octubre. Los morteros están acabados, en el interior y en el exterior. Faltan fundamentalmente las instalaciones, supeditadas a la arqueología. Gallardo comentó que se va a reservar una partida en los presupuestos de la diputación de 2024 para licitar el equipamiento a lo largo del ejercicio.

Durante la visita el arquitecto avanzó la idea de que el edificio ahora en obras se una a través de una puerta con llave al claustro menor ya restaurado que podría servir como espacio de exposiciones vinculadas a la escuela.