Están soldadas y no son transitables, pero es habitual que las vandalicen

La rejilla del párking de Menacho estaba suelta cuando se cayó el joven de Badajoz, según los testigos

En la plaza superior del aparcamiento se reúnen grupos de adolescentes a diario

La rejilla por la que se cayó el joven.

La rejilla por la que se cayó el joven. / Andrés Rodríguez

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

Al parecer, según recoge el parte de intervención de la Policía Nacional, a partir de las declaraciones recogidas entre los testigos del suceso, la rejilla de Memoria de Menacho por la que la noche del martes se cayó un joven de 17 años estaba suelta. Estos mismos testigos manifestaron a los agentes que la víctima estaba caminando hacia atrás y se precipitó por el hueco de la rejilla, que no estaba en su sitio, y se precipitó al interior del aparcamiento. El joven sufrió traumatismo craneal y facial y permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UVI) del Hospital Universitario de Badajoz. Según ha informado este jueves el Servicio Extremeño de Salud (SES), se encuentra «estable, dentro de la gravedad».

El joven se precipitó inicialmente a dos metros y medio de profundidad y cuando los bomberos intentaron rescatarlo parecía encontrarse en buen estado. Fue al intentar incorporarse cuando se precipitó hasta la planta menos tres, unos diez metros más abajo, y en la caída se produjo lesiones más graves quedando semiinconsciente.

La Policía Judicial se ha hecho cargo de la investigación para determinar cómo sucedieron los hechos y si de lo ocurrido pudiera desprenderse alguna negligencia por parte de los responsables del aparcamiento, que es una concesión del Ayuntamiento de Badajoz a Empark, que también gestiona el párking de la plaza de San Atón. El ayuntamiento insistió ayer en que el espacio de la plaza donde sucedió el accidente no es un suelo metálico sino una cubierta de ventilación y por tanto una zona no transitable. Al mismo tiempo aclaró que el mantenimiento de la instalación corresponde a la empresa concesionaria del parking.

La plaza de Memoria de Menacho o Baluarte de Santiago es un lugar habitual de reunión de adolescentes, que se encuentran con amigos, algunos para «beber y fumar», sin que exista ningún control ni vigilancia, que tendría que haber sido permanente para evitar situaciones como la ocurrida. Desde el parking llaman a la policía cuando detectan consumo de drogas y los agentes acuden, pero los reunidos se dispersan en cuanto los ven aproximarse. «Esto es el día a día», lamentan. El ayuntamiento reparó toda la plaza en junio.

Fuentes consultadas por este diario señalan que será difícil confirmar si la rejilla llevaba días levantada o la desprendieron de su sitio en el momento en que ocurrió el accidente. La placas están soldadas, de manera que hay que golpearlas para levantarlas, pues no se quitan fácilmente. No es la primera vez que las despegan y ha llegado a suceder que desde arriba de la plaza las retiran y arrojan objetos al interior del aparcamiento. En una ocasión llegaron a lanzar una valla de la Policía Local. La cubierta formada por placas metálicas se encuentra en alto y para poder alcanzar la parte superior tienen que subir a una altura de casi metro y medio.

Las reuniones de adolescentes en Memoria de Menacho son diarias. Félix Retamar, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Calle Menacho, se sorprendió de que la tarde del miércoles, a pesar del mal tiempo, hubiese grupos de jóvenes. Es lo habitual. «La policía pasa cada dos por tres», por el menudeo y por las quejas de los vecinos y de los propios trabajadores del aparcamiento. Es la Policía Nacional la que más actúa. De hecho, la misma tarde del accidente, tuvieron que intervenir con menores que estaban en las escaleras. Los jóvenes se cuelan por los evacuatorios y si llueve se quedan en el interior, en la tercera planta.«Eso es diario y más en verano». Retamar apuntó que la zona donde ocurrió el accidente es la más inaccesible. 

Suscríbete para seguir leyendo