Fútbol. Segunda RFEF

En la grada del Nuevo Vivero ganan Badajoz y Extremadura

Las aficiones de los clubs blanquinegro y azulgrana, hermanadas una vez más

Las federaciones de peñas de Badajoz y Extremadura organizaron una convivencia.

Las federaciones de peñas de Badajoz y Extremadura organizaron una convivencia. / Andrés Rodríguez

Luis Rollano

Varias horas antes de que empezara el encuentro en el Nuevo Vivero, el derbi ya se estaba jugando fuera del estadio. Muy cerca de este escenario, la federación de peñas de los dos equipos organizaron una jornada de convivencia para confraternizar el día en el que se podría jugar el último derbi entre Badajoz y Extremadura. Aunque el deseo desde ambos bandos es que haya más fiestas entre estos dos conjuntos hermanados, el destino de la entidad azulgrana se conocerá pronto. Pero la fiesta no estuvo únicamente en el Eusebio Bejarano donde se reunieron varias agrupaciones de los blanquinegros y los azulgranas. En un lluvioso día, las camisetas de los dos clubes se asomaban resguardadas bajo los anoraks y chubasqueros por algunos restaurantes y cafeterías de la capital pacense que fueron el escenario de la sobremesa de las respectivas aficiones.

Poco a poco, las elásticas blanquinegras y azulgranas, más empapadas que nunca, se dejaban ver a cuentagotas por un Nuevo Vivero que presentaba un mosaico de paraguas en sus gradas. La previa del encuentro dejó momentos muy emotivos en los prolegómenos. La hinchada local rompió a aplaudir cuando el conjunto de Manuel Mosquera saltó al terreno de juego para realizar los ejercicios de calentamiento, y los instantes previos al comienzo del choque fue tiempo para la protocolaria entrega de placas que fueron recogidas por parte de las peñas de Badajoz y Extremadura. En el bando local, la Grada 1905 también recibió un reconocimiento por parte del club. También durante el prólogo del choque, banderas con los escudos de los dos equipos pusieron el colorido a escasos instantes de que Fuentes Molina decretara el comienzo del choque.

Una parte de la grada del Nuevo Vivero durante el partido.

Una parte de la grada del Nuevo Vivero durante el partido. / Andrés Rodríguez

Durante los 90 minutos que duró el partido, los aficionados tuvieron que luchar contra el viento y la lluvia, siempre presentes, y concentrando a nutridos grupos de personas en las escasas ubicaciones techadas fuera de la tribuna del estadio. Una vez que acabó el encuentro, un estruendoso aplauso premió a los jugadores de ambos equipos, que estuvieron arropados en todo momento en mitad del diluvio.