El Badajoz se agarra a la vida

El Badajoz dio un golpe sobre la mesa y dijo: «Aún estoy aquí, sigo vivo». Destituido Iñaki Alonso, con su segundo Luis Oliver en algún lugar de la grada, a la espera de que se anuncie el nombre del nuevo técnico que habrá de afrontar el milagro en las últimas ocho jornadas, y frente a un rival de la zona alta como el Talavera que se adelantó en la primera parte, los pacenses reaccionaron tras el descanso y, con más coraje que brillo, lograron darle la vuelta al marcador gracias a los tantos de Castri y Samu Manchón. La salvación está ahora un punto más cerca que hace una semana (1-2). Una victoria indispensable para seguir agarrado a la permanencia.

Las ausencias en defensa obligaron al técnico interino a improvisar un once en el que destacó la presencia de Toni Jou en el eje de la zaga. Antes de ubicar a los protagonistas sobre el terreno de juego, la alineación parecía suicida, plagada de jugadores de corte ofensivo, con Sandro, Ewan y Álex Alegría, además de Castri y Carrasco en las bandas. Y así, vestidos de rojo con ribetes verdes, saltaron al casi congelado césped de El Prado con hambre, muy agresivos, tratando de arrebatarle el balón a su oponente, un Talavera que parece ir de más a menos conforme pasan las jornadas.

El gol de Lolo Plá

Lolo Plá, llegado en el mercado invernal a la capital de la cerámica procedente del Cacereño, fue el primero en avisar con un testarazo que no pudo concretar. Abeledo también amenazó la portería de Narváez con un disparo que se le marchó demasiado alto. El emeritense volvió a aparecer en un contragolpe que, a falta de mejores opciones, culminó con un disparo desde la frontal que se marchó rozando el poste.

Hubo que esperar casi media hora para apuntar la primera oportunidad digna de mención de los pacenses, una conexión entre Adri Carrasco y Álex Alegría, cuyo remate acabó en córner. En el siguiente acercamiento local, superada la primera media hora, llegó el mazazo. Connor botó un saque de esquina desde la izquierda, muy abierto, prolongó Abeledo hacia el área pequeña y el central David Morante batió a Narváez como pudo, de tacón, de espaldas y casi cayéndose.

No se vino abajo, ni mucho menos, un Badajoz que contó con la inestimable voluntad del vizcaíno Ewan Urain, probablemente el mejor de su equipo ayer. No consiguió ver puerta en un chut desde la frontal y tampoco en un cabezazo a centro de Sandro, en los minutos previos al descanso. Pero mostró el camino correcto a sus compañeros.

El segundo tiempo

Tras la reanudación, de nuevo se le fue a las nubes un zurdazo a Abeledo en la única jugada destacable hasta el empate. Exactamente a la hora de juego, cuando ya Oliver estaba deshojando la margarita para ver cómo podía cambiar un guion tantas veces repetido esta temporada, Sandro templó un saque de falta al segundo palo, Toni Jou impuso su envergadura para cabecearla al corazón del área y Castri apareció entre una nube de jugadores para empujarla a la red, celebrando el tanto como si hubiera sido el de la victoria en la prolongación.

A partir de ahí, todo cambió. El orgullo invadió a unos futbolistas heridos, vilipendiados por su falta de amor propio en ocasiones, profesionales que llegaron para una cosa y que ahora están viviendo exactamente la contraria. Las incorporaciones de Jurgi por Sandro y, sobre todo, de Samu Manchón por Castri surtieron efecto.

El de Almendralejo conectó casi telepáticamente con el enchufadísimo Ewan. En su primera intentona, el de Durango prolongó hacia la izquierda tras un contragolpe y el remate del extremo lo despejó Álex a córner. A la siguiente, Ewan fue a la presión muy arriba, le arrebató el balón a Connor y, sin pensarlo, la puso justo en ese punto en el que el portero duda y a los centrales les pilla de espaldas: Manchón se lanzó en plancha para cabecear el que, a la postre, sería el definitivo 1-2.

Restaban aún nueve minutos de tiempo reglamentario y otros tantos de prolongación, que se hicieron eternos para los pocos, aunque ruidosos, aficionados blanquinegros que habían remontado la A-5 para aportar su granito de arena. Volvieron ya casi de noche, pero iluminados por un cielo estrellado. La próxima estación del ‘via crucis’ llegará el próximo domingo (12.00 horas) en el derbi frente al Villanovense.

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