Crónica de la corrida de Mérida

Talavante hizo lo mejor

Corrida que dejó mucho que desear, mal presentada y con desesperante blandura, ante un público agradecido que premió con generosidad a los toreros. Junto al extremeño, Morante y Roca Rey completaron el cartel.

Alejandro Talavante tras la lidia del segundo toro de su lote.

Alejandro Talavante tras la lidia del segundo toro de su lote. / Jero Morales (Efe)

Antonio Castañares

FICHA DEL FESTEJO

Los toros: 6 astados de El Pilar, sobrero el sexto al correrse turno, mal presentada. Invalido el primero; muy blando el segundo; noble el tercero; justo de fuerzas el cuarto; bravo y enclasado el quinto; noble el sexto. Pesos: 445, 480, 453, 480, 450, y 465 kilos.

Morante de la Puebla: de berenjena y oro. Apuntillado (silencio); estocada (oreja)

Alejandro Talavante: de burdeos y oro. Estocada (oreja); estocada (dos orejas).

Roca Rey: de coral y oro. Estocada (dos orejas); bajonazo (oreja).

La entrada: Mérida, 27 de abril. Casi tres cuartos de plaza cubierta. Alejandro Talavante y Roca Rey salieron a hombros.

Cuanto falta el toro, falta todo en esta fiesta sin parangón. Salvó el honor de la corrida de El Pilar el chiquito quinto, que llevaba dentro un plus de bravura y clase. Corrida que dejó mucho que desear, mal presentada y con desesperante blandura, ante un público agradecido que premió con generosidad a los toreros. Lo mejor lo hizo Alejandro Talavante, que cuajó a ese quinto toro y salió a hombros acompañado de Roca Rey. Morante, con un mal lote, cortó una oreja del cuarto.

Toro chico el que abrió plaza, verónicas antiguas de Morante de la Puebla, largaba capote y el animal echaba las manos por delante. Se quedaba corto, muy justo de fuerzas.

Un inválido en la muleta, tras los pases de tanteo de inicio se acostó y ni siquiera pudo montar Morante la espada. Lo apuntilló el tercero en medio de una gran bronca.

Con más caja el segundo pero escurrido de carnes, blando de salida. Un picotazo.

Comienzo de faena de Alejandro Talavante, embestida cansina, se lo sacó al tercio. Faena de enfermero a media altura, muletazos bien trazados sin ninguna emoción. Faena corta, menos mal. Estocada y oreja.

El diestro Andrés Roca Rey da un pase con la muleta.

El diestro Andrés Roca Rey da un pase con la muleta. / Jero Morales (Efe)

Inválido como sus hermanos el tercero, fue devuelto. Se corrió turno y saltó al ruedo el que hubiera hecho sexto. Otro toro que blandeaba, echaba las manos por delante, cuando no las perdía.

Pronto se lo sacó Roca Rey al tercio, el animal tenía nobleza y seguía la muleta, al principio sin obligarle. Series en redondo con la virtud del temple que el peruano imprimía a su quehacer. Al final en la corta distancia. Faena muy en función del toro, que tenía otras hechuras y tuvo otra condición. Estocada y dos orejas.

Acapachado el cuarto, agradable por delante, confirmó lo poco que se emplean estos toros de salida, lo que no fue óbice para que Morante de la Puebla le aplicara alguna verónica suelta de mucha enjundia, y una bella verónica. Medido en el caballo, perdió las manos a la salida.

Garboso el inicio de faena del sevillano. Ayudados por alto acompañando con todo, y otro a dos manos por abajo. En el tercio Morante, a tono con el burel, le corría la mano a media altura por el pitón derecho, dos tandas ligadas de bella composición. Toro a menos, rebrincado por falta de fuerzas, topaba y derrotaba. Estocada y oreja.

Muy mal presentado el quinto, escurrido, impropio de una plaza de segunda categoría. Suelto del capote de Alejandro Talavante. Toro que tomó un puyacito y fue dos veces por su cuenta al caballo.

Inspirado comienzo de faena de Talavante, brotaba el ayudado por ambos pitones, cadenciosos los muletazos. En su pequeñez era bravo el animal y tenía clase en su embestida, seguía con celo la muleta de un torero que se sentía y hacía un toreo limpio en extremo y de gran belleza. Faena a más con gran eco en los tendidos. Estocada. Muerte de bravo del astado, que se resistía a doblar. Dos orejas.

El sexto, que en realidad era el sobrero, estaba hecho cuesta arriba y no se dejó torear por Roca Rey con el capote. Toro feote y en eso fue pareja la corrida.

Pronto en el tercio, era un toro que tomaba bien la muleta, pero no andaba sobrado de fuerzas. Tomaba bien el engaño que el torero corría con dulzura, pero embestía rebrincado y derrotaba. La falta de profundidad la solventaba Roca Rey perdiendo algún paso. Faena larga de muchos pases y no mucha brillantez. Bajonazo y oreja.

Reencuentro de Mérida con su plaza. Buena entrada de un público generoso con los toreros.