Opinión | Editorial

LA CRÓNICA DE BADAJOZ

Una respuesta a las personas sin hogar

La ciudad debiera abordar este servicio social desde un punto de vista local para, después, integrarse en una respuesta más regional

La ocupación ilegal del quiosco de La Pajarera en Badajoz ha sacado a la luz un problema vital que debe afrontar la ciudad y es la falta de atención a las personas sin hogar. Los dos centros de acogida de la capital se hallan desbordados. Ambos están gestionados por Cáritas y se encuentran al 100% de su capacidad. La razón es clara:El número de personas que viven en la calle en Badajoz ha aumentado un 20% en los últimos tres años. El centro de emergencia de la calle Bravo Murillo cubre cada día las 26 plazas de que dispone; lo mismo pasa en el de Centro Hermano, con las 24 plazas ocupadas y con lista de espera. El resto de personas sin hogar que se encuentran en la ciudad, entre 35 y 45 hombres y mujeres, no tienen otras alternativas para encontrar cobijo. 

No se puede mirar para otro lado ni esperar a que el problema nos estalle en la cara. Porque el caso de La Pajarera no deja de ser uno más de muchos dado existe desde hace meses otro caso en el antiguo estadio de fútbol ‘José Pache’ donde la Junta de Extremadura tiene iniciado un proceso de desahucio por los ‘okupas’ que residen en sus instalaciones.

El problema es palpable. Y la ciudad, con su ayuntamiento a la cabeza, no cuenta con una infraestructura de respuesta más que dos centros gestionados por una ONG que reciben una subvención municipal al año. 

En 2023 el Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSS) anunció la construcción de un edificio ex profeso para este cometido en la avenida Padre Tacoronte, pero los vecinos de la zona se opusieron al proyecto y aquello se aparcó hasta la fecha. Esas nuevas instalaciones constaban de cuatro plantas con capacidad para 38 personas, con seis apartamentos y varias estancias de usos múltiples, lo que habría dado solución a este problema vital. El consistorio no ha hablado de nuevas ubicaciones en todos estos meses. No obstante, el viernes pasado el IMSS señaló que «existe voluntad por parte del ayuntamiento de ayudar a Cáritas para solucionar la situación» y que se había planteado a la Junta de Extremadura un plan regional para personas sin recursos a fin de abordar esta situación de una manera global. 

Así las cosas, el problema sigue siendo real. La ciudad debe abordar este aspecto desde un punto de vista local para, después, integrarse en una respuesta más regional. Porque las personas sin hogar no van a desaparecer de la noche a la mañana y Badajoz presenta como característica propia ser la población más grande de Extremadura y disponer de una localización geográfica cerca de la frontera lo que favorece el tránsito de personas. Un plan local con todos los estamentos implicados que trabajan en este campo sería lo acertado, así como la posibilidad de recuperar ese centro de acogida en un emplazamiento adecuado que descongestione el de emergencia de Bravo Murillo y elimine la lista de espera del denominado ‘Hermano’. Todo lo demás es esperar a que pase la tormenta y escampe, y el problema desaparezca por sí solo, algo que sinceramente no va a ocurrir.