Violencia de género

El juzgado permite a los padres de Imane enterrar a su hija en Marruecos

El cuerpo lleva año y medio en un tanatorio, hasta que ha finalizado la instrucción

La repatriación se hará en coche, en un dispositivo gestionado por el consulado

Los padres de Imane Saadaoui, durante su estancia en Cáceres tras fallecer su hija.

Los padres de Imane Saadaoui, durante su estancia en Cáceres tras fallecer su hija. / Lorenzo Cordero

Ocurrió el 1 de noviembre del 2022. Aquella noche Imane Saadaoui fue asesinada por su marido en la vivienda en la que residían en Valencia de Alcántara y donde también estaba el bebé que ambos tenían, entonces de 14 meses (hoy tiene ya casi 3 años). No era la primera vez que la joven, de 30 años, era víctima de malos tratos. Anteriormente, ya había denunciado a su marido, Badr Saadaoui, por haberla agredido. Se separaron y ella se refugió en la Casa de la Mujer de Cáceres, pero la convenció para que volvieran, prometiéndole que había cambiado.

Ella le creyó, retiró la denuncia y regresó a casa. Por la forma en la que Badr se comportaba con ella tras la reconciliación, Imane se mostraba convencida de que aquellos episodios habían terminado. Lo mismo pensaba su círculo de amigos, que aseguran que tras esta segunda oportunidad se les veía como una pareja normal. Nadie se imaginaba que algo así podía ocurrir, pues Imane siempre les decía que todo estaba bien.

Hasta aquella madrugada, cuando Badr estuvo consumiendo alcohol hasta la medianoche en un bar de la localidad. Y cuando regresó a casa le asestó varias puñaladas a su mujer que acabaron con su vida. Minutos antes, Imane había mantenido una conversación por videollamada con su madre, que estaba en Marruecos. Hablaban casi a diario para no perderse nada de la infancia de su nieto. Aquel día, como ya era tarde, el pequeño estuvo toda la conversación recostado en el pecho de su madre. Fue la última vez que la vieron. Al día siguiente, una amiga de Imane les llamó para informarles de lo que había ocurrido.

Todavía en shock, los padres comenzaron a tramitar los papeles para trasladarse a España con dos objetivos: llevarse el cuerpo de su hija para darle sepultura y hacerse cargo de su nieto. Tardaron ocho meses en gestionar toda la documentación para conseguir la custodia del pequeño, tiempo que pasó en un centro de menores en Cáceres, donde los abuelos acudían a visitarlo dos veces por semana.

Pendientes de la documentación

Sin embargo, todavía no han conseguido enterrar a su hija. El juzgado dictó una providencia que prohibía sacar el cuerpo de España por si había que practicar más pruebas durante el periodo de instrucción, por lo que los padres tuvieron que regresar a Marruecos sin ella. Desde entonces, el cuerpo de Imane permanece en un tanatorio de Almería, a donde fue traslado tras realizarle la autopsia en el Instituto de Medicina Legal de Cáceres. No podía quedarse en estas instalaciones por falta de espacio.

La semana pasada el juzgado levantó esta providencia e informó a los padres de que podían comenzar los trámites para repatriarla. Actualmente están pendientes de la tramitación de la documentación requerida, que gestionan directamente desde los consulados español y marroquí. «Todavía no hemos podido enterrar a mi hija. Estamos pendientes de la confirmación de las autoridades», decía ayer el padre de Imane, que se ha desplazado desde Casablanca, donde vive, hasta Extremadura para intentar agilizar el papeleo. De momento desconoce cuánto tardarán los documentos, aunque esperan que sea cuestión de días.

La repatriación se llevará a cabo en un coche fúnebre, que trasladará el cuerpo de Imane desde Almería hasta Marruecos, en un dispositivo organizado por los dos consulados, que se harán cargo de los gastos. Por su parte, el Estado, concretamente la administración de justicia, asumirá el coste del mantenimiento del cuerpo durante todo este tiempo en el tanatorio almeriense.

La noticia del levantamiento de la providencia ha supuesto una esperanza para los padres de Imane, que ven más cerca poder acabar con esta pesadilla. «Ha sido un año muy duro. Mi hija lleva un año en una nevera. Necesitamos enterrarla para estar tranquilos», decía el progenitor a este diario cuando se cumplió el primer aniversario del crimen. Ahora, y a pesar de que «desgraciadamente», según sus palabras, las autoridades siguen sin concretarle una fecha para poder llevarse a su hija, se muestra agradecido: «Ha dado las gracias a todo el mundo, está deseando que todo acabe y recuperar a su hija», dice su abogada.

El asesino continúa en prisión preventiva

Tras año y medio de investigación, el juzgado ha terminado ya la instrucción del caso y ha dado traslado a las partes (fiscalía, acusación particular, Junta de Extremadura, que actúa como acusación popular, y defensa) para que emitan sus escritos de acusación. El caso será juzgado por un tribunal del jurado, para lo que se ha llevado a cabo ya una comparecencia previa. Ha sido precisamente en este acto, al que asistió también el padre de Imane, donde las partes han adelantado sus calificaciones: tanto la fiscalía, como la familia de la fallecida y el Ejecutivo autonómico acusan al marido de Imane de un delito de asesinato con alevosía, por acabar con la vida de su mujer de varias puñaladas. En los próximos días concretarán las peticiones de pena. Según el código penal oscilarán entre los 15 y los 25 años de prisión. La defensa, por su parte, no ha formulado aún su calificación, aunque en aquella comparecencia hizo referencia a que ha reconocido los hechos e intentó acreditar que el investigado no fue consciente de lo que hacía y que el asesinato fue consecuencia del trastorno mental que padece. Todo apunta a que intentará que se le condene por un delito de homicidio. El acusado continúa en la cárcel de Cáceres en prisión preventiva desde el asesinato, a pesar de que ha solicitado su puesta en libertad en varias ocasiones.