La tienda que salió bordada

La ‘fábrica’ de las banderas está en Mérida

La calle Ventosillas desprende artesanía emeritense con mayúsculas desde hace casi 35 años. Las agujas y el hilo estuvieron presentes en la vida de Gema Molinero desde bien pequeña. Su padre, Tomás Molinero, dedicó su vida profesional a la costura y en 1989 abrió la tienda Banderas y Bordados Molinero & Olivas

Gema Molinero con una bandera de Extremadura en su negocio.

Gema Molinero con una bandera de Extremadura en su negocio. / JORGE ARMESTAR

La céntrica calle Ventosillas desprende artesanía emeritense con mayúsculas desde hace casi 35 años. Las agujas y el hilo estuvieron presentes en la vida de Gema Molinero desde bien pequeña. Su padre, Tomás Molinero, dedicó su vida profesional a la costura y en 1989 abrió la tienda Banderas y Bordados Molinero & Olivas en la capital extremeña. De ahí le viene a su hija la pasión por estas labores, y muy especialmente su gusto por los bordados. «Mi padre era un trabajador infatigable. Él me enseñó los entresijos del oficio, fue la mejor herencia posible. Valores como el esfuerzo, la dedicación, el compromiso, la empatía… Ahora sigo expandiendo su amplio legado y estoy al frente del establecimiento», explica emocionada y con un suspiro a El Periódico Extremadura. 

Durante todos estos años han vendido y venden banderas a la Junta, a la Diputación de Badajoz, a ayuntamientos de ambas provincias, a particulares… Es muy complicado encontrar alguna institución en la región a la que Tomás o Gema no vendieran una bandera. «Es imposible saber cuántas banderas de Extremadura y de España hemos despachado durante este tiempo. Además se reciben muchos encargos de banderas de otros países, comunidades autónomas, la cruz de Borgoña (enseña de los ejércitos del Imperio español), la Segunda República…». El formato de bandera que se despacha en este negocio tiene diferentes tamaños y va siempre en función de las demandas de los clientes: «La gente nos la pide para los balcones, las hay más grandes y más pequeñas. Eso depende de la casa de cada uno (risas). A nivel institucional son de mayor tamaño y más bastante más caras», manifiesta Molinero con una sonrisa.

Otro de los puntos fuertes del local es el bordado de objetos (uniformes, manteles, bolsos, toallas, camisas, camisetas...). «Lo que más me piden son los nombres de sus hijos o nietos, el nombre de la empresa y del trabajador. Los clientes son muy fieles y están contentos con el resultado. Además te piden opiniones y se guían por lo que tú les cuentas. Muchos de ellos son amigos. Como todos los oficios artesanales, además de creatividad, requieren bastante sacrificio y tesón». Gema Molinero los posee y los heredó de su padre y maestro, así que el éxito de la tienda emeritense está más que garantizado.

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