Opinión | EL CHINERO

Esperanza en mayo

Valla publicitaria anunciando la celebración de la próxima Feria de la Belleza.

Valla publicitaria anunciando la celebración de la próxima Feria de la Belleza. / S. GARCÍA

Siempre que la evolución de la crisis sanitaria lo permita. Es la coletilla que acompaña cualquier actividad anunciada para el próximo mes de mayo. Ni el más atrevido de los emprendedores se decide a hacer planes que conlleven riesgos de contagio, a la vista de los sobresaltos que el maldito virus provoca en su trayectoria, que va para más de un año. Se pueden, se deben y se están haciendo planes en un intento de volver a la normalidad, que nunca será la de antes de la pandemia. El covid y sus engendros han marcado el desarrollo de cualquier iniciativa que suponga la asistencia o movilidad de grupos de personas, aunque no sean masivos. Los planes dan pie a la esperanza, pero siempre que vayan acompañados de estrictas medidas de prevención, que vamos a tardar en olvidar, pues para que estas obligaciones dejen de estar en vigor, aún no hay plazos marcados.

Todo lo que se organiza requiere una exigente preparación previa: apertura de puertas con antelación, tomar la temperatura a los asistentes, mascarillas y control de aforos. Hace un año jamás hubiésemos imaginado que un año después estaríamos como estamos: con brotes a diario y personas que siguen perdiendo la vida sin que nada se pueda hace por salvarlas. Hace un año ni siquiera había vacunas. Un año después no están llegando con la premura suficiente para atajar los contagios y los fallecimientos. Tal como estamos, los planes tienen que anunciarse con la salvedad de que la evolución de la crisis sanitaria los permita. Siendo por tanto todo lo precavidos que se pueda ser, se están anunciando actividades que hace unos meses ni siquiera cabían en nuestro imaginario. Mayo será el mes clave, el de un antes y un después. En mayo se celebrarán conciertos en el auditorio del recinto ferial de Badajoz. De los 9.000 asistentes que caben en este espacio, solo van a poder entrar 1.000, que bienvenidos sean porque, si todo sale bien, que saldrá, serán los primeros de muchos otros y un atisbo de esperanza para un sector, el de la música, especialmente dañado por la pandemia.

En mayo se anuncian más aforos para las bodas y comuniones. También en mayo volverán las ferias a Ifeba. Eso sí, con aforo reducido, sólo para profesionales, nada de stands entre los que pueda pasear el público en general. Ese mismo mes, si la evolución de la crisis sanitaria lo permite, empezaría a desmontarse el hospital provisional habilitado por el Servicio Extremeño de Salud en estas instalaciones, que se preparó cuando Extremadura sufrió la peor de las olas y se temió que en los hospitales no hubiese sitio suficiente. Afortunadamente, no ha acogido a ningún paciente, aunque con la mala leche que se gasta este virus y su perseverancia, quizá habría que ser cautos a la hora de decidir su desmantelamiento.

En mayo, el día 9, se levantarán el estado de alarma y los cierres perimetrales de las comunidades autónomas, lo que abrirá la veda a los turistas, ansiosos de disfrutar de otros cielos. Con estas perspectivas, el ayuntamiento pacense anuncia para mayo la venta de paquetes turísticos con los que conocer la ciudad y sus encantos.

Mayo es la esperanza y también la prueba del algodón para comprobar si hemos aprendido a comportarnos con prudencia, por una amenaza que sigue latente, mientras la vacunación no erradique el riesgo. Si cuando los datos fueron tan trágicos no supimos sacrificarnos para evitar los contagios, cuesta confiar en que al terminar el estado de alarma seamos capaces de mantener medidas de prevención para evitar que caiga más gente enferma. Nada debe hacernos olvidar que el virus sigue ahí y que estamos expuestos a contagiarnos y a contagiar mientras no esté vacunado un porcentaje elevado de la población. Por mucha fatiga que suframos, que es comprensible, por muchas ganas que tengamos de soltar las mascarillas, hemos aguantado muchos meses para ahora rendirnos en el sprint. Otros mayos sin virus están por venir y por vivir.