la iniciativa parte de las cáritas de las parroquias de la santísima trinidad y san roque

El almacén social de San Roque busca benefactores para atender a más familias

Ahora mismo 14 grupos son usuarios del servicio.Aspiran a llegar a los 20 antes de final de año

Los benefactores pueden dar la cantidad que deseen de forma periódica o esporádicamente

Tres voluntarias colocan alimentos en las estanterías.

Tres voluntarias colocan alimentos en las estanterías. / jota granado

Irene Rangel

Irene Rangel

El almacén social que las Cáritas parroquiales de la Santísima Trinidad y San Roque pusieron en marcha va viento en popa, tanto es así que necesitan más donantes.

«Está funcionando de maravilla. Hemos comprobado que el sistema funciona, limado lo que teníamos que perfeccionar y ahora lo que queremos es poder atender a cuanta más gente, mejor», dice Rosa Infante, de Cáritas San Roque y una de las coordinadoras del proyecto. 

El funcionamiento del almacén es sencillo: se estudia a las familias beneficiarias y se establece un sistema de puntos en función de cuántos miembros tenga cada familia, qué edad tengan o cuánto tiempo lleven en paro, entre otros aspectos. Una parte de esos puntos se usan en el almacén y la otra, se les cambia por euros que se les ingresa en el banco a los beneficiarios. Con este dinero comprarán alimentos frescos -que el almacén no puede servir- o para personas intolerantes, y luego presentan los tickets justificantes ante los encargados del proyecto. El almacén abre tres días en semana de la mano de voluntarios que controlan que todo funcione como debe. «Todo va como la seda, las familias que están ahora mismo están encantadas y hay muchas otras pidiendo entrar. La lista de espera no es pequeña», dicen desde coordinación.

El almacén recibe a las familias con las baldas llenas de productos no perecederos. Hay latas de conservas, potitos, cacao soluble, pasta y hasta productos precocinados como fabada. «No nos falta nada, o al menos eso creemos. Pensamos un poco en todas las edades y en todas las necesidades», dice Mariángeles de la Fuente, voluntaria del almacén. Para poder seguir llenando las estanterías, la coordinación del proyecto pide ayuda. «Hasta que no tengamos más gente que done no podremos seguir creciendo en número de familias beneficiarias», dicen. 

El objetivo del grupo es aumentar ese número en diciembre, para lo que tienen que movilizar a la población durante el mes de noviembre. «Ahora mismo tenemos 14 familias beneficiarias, antes eran más pero han ido consiguiendo trabajo y, por tanto, desapareciendo del proyecto», afirma Infante. «Lo que queremos es incluir a ocho nuevas antes de que acabe el año, cuatro por cada parroquia, a ver si podemos». 

Las donaciones

Para hacerse benefactor del almacén solo es necesario ponerse en contacto con Cáritas de cualquiera de las dos parroquias o con alguno de sus voluntarios. «Se pueden hacer donaciones puntuales o mantenerlas en el tiempo. Tenemos un número de cuenta a donde hacerlas», explica Manolo Parra, coordinador de Cáritas de la Santísima Trinidad. Estas cantidades no tienen un mínimo, «todo es bueno para llenar el almacén».

Paqui Casado, vecina de San Roque y donante habitual, afirma sentirse muy satisfecha de colaborar en el proyecto porque es consciente «de las necesidades que hay en el barrio. Yo tengo una paga de viudedad, imaginarás que mucho no puedo dar, pero colaboro todos los meses». 

De la fuente no puede evitar emocionarse al compartir su testimonio como voluntarua. «Lo que se pretende con esto es evitar ‘las colas del hambre’. Si lo necesitas vas a donde tengas que ir, pero la gente tiene su dignidad. Aquí vienen con sus puntos y eligen, sin hacer cola, lo que ellos quieren llevarse. El almacén es algo importantísimo», dice, y anima a todo el que pueda a hacer donaciones.