18 años de La Crónica de Badajoz | Ramón de Arcos Pintor

«Badajoz es una de las ciudades de España con un perfil más atractivo»

Ramón de Arcos.

Ramón de Arcos. / SANTI GARCIA

Jonás Herrera

Jonás Herrera

Ramón de Arcos (Don Benito, 1952) es un artista plástico que centró su actividad profesional en el campo, primero como ingeniero técnico agrícola y posteriormente como biólogo. Aunque asegura que no asistió a clases de pintura, aprendió de los mejores en los museos. En su obra intenta transmitir y hacer llegar la luz.

Usted es biólogo e ingeniero técnico agrícola, pero antes de todo, pintor.

Soy pintor, me dedico a la pintura y mi otra vida, por decirlo de alguna manera, era una vida obligada para ganarme el pan, pese a haber sido muy feliz . Tuve la suerte de trabajar en cosas que me interesaban, me dediqué con pasión e intensidad. Trabajé para el Estado, muy joven, después en cooperativas agrarias, como Acorex, y luego en la Confederación Hidrográfica del Guadiana. No hay regalo mayor que poder disfrutar trabajando, que tu trabajo te interese y poder compaginarlo con tu otra pasión, la pintura. Estuve trabajando desde los 20 años hasta los 60 que me jubilé, siendo muy feliz. 

¿Cuándo empieza a pintar y quién le enseña?

Todo el tiempo he sido autodidacta, porque no he ido a clases ni a una formación reglada. Eso sí, he aprendido de los grandes maestros. Creo que los museos son grandes escuelas. Para mí era una joya encontrar los cuadros, dibujos o bocetos inacabados. Ver las distintas capas que lleva una obra, los procesos que va aplicando, de ahí he aprendido verdaderamente.  

Habla de los cuadros inacabados que tanto le han atraído, ¿cree que es por eso por lo que le gusta tanto Badajoz? ¿La podríamos considerar una obra inacabada? 

Badajoz es mi ciudad, un desastre de ciudad, pero tiene algo que pocas ciudades que conozco tiene. Hemos tirado paños enteros de muralla, el Casco Antiguo lo tenemos abandonado, la calle Jarilla, la calle Sepúlveda, San Lorenzo, Bravo Murillo, ¿cómo es posible que en pleno siglo XXI tengamos así la ciudad? Pero eso, al mismo tiempo, lo hace desastrosamente atractivo.

¿Qué pensó la primera vez de Badajoz?

Pues vine la primera vez con 17 años. Empecé a estudiar la carrera de Ingeniería Técnico Agrícola en Sevilla, en aquel año abrieron la escuela de Badajoz y me trasladé aquí. Me pareció un lujo tener el río aquí a las puertas de la ciudad, era asombroso. Sentí que era una ciudad para mí. Yo disfruté el río antes de deteriorarse. Yo me bañé en el río mucho entre el 69 y el 72. Las ciudades grandes ponen sus depuradoras pero no ocurre igual con las fábricas que vierten libres los residuos. Afortunadamente, el río lo hemos recuperado para la ciudad . 

¿Cómo definiría su pintura?

Me gusta hacer la pintura luminosa, rápida y que transmita algo. Procuro que las luces estén muy presentes. Me interesa transmitir emociones y uso motivos que me emocionen, por ejemplo, el río me transmite muchos sentimientos, por eso lo pinto. La sinfonía de luces, los tipos de vegetación, los reflejos, el juego de agua… es muy atractivo pintarlo. Pero realmente, cualquier cosa puede ser atractiva, hasta la luna de un coche donde se reflejan cosas. Intento que mi pintura cuente cosas. 

Ha pintado muchas estampas pacenses, desde panorámicas, callejuelas o empedrados muy reconocibles, ¿es Badajoz una inspiración para usted?

Sí, sí. Yo creo que Badajoz me inspira. Tiene encantos suficientes como para haberlo pintado tantas veces. Tiene momentos con unas luces maravillosas y luego tiene el zócalo del río por delante, desde la otra margen. Desde la carretera de Cáceres, Badajoz tiene una estampa preciosa. Tanto por la mañana que le da la luz por la izquierda como por la tarde que viene por la derecha tiene un punto maravilloso. Para mí es una vista que creo que pone a Badajoz en una posición de las ciudades de perfil más atractivos. 

¿Cuál es el rincón de Badajoz que nunca pararía de pintar?

No me cansaría nunca de pintar el río, por una razón, porque nunca es igual, uno de los elementos más bonitos de la ciudad es su cambio de luces. Cualquier paisaje tiene variaciones infinitas por cómo cambian las luces en unos minutos. Me resulta atractiva especialmente la Alcazaba y cualquier rincón de la plaza Alta también me atrae. No nos damos muchas veces cuenta lo diferente que es el paisaje según la hora en la que veamos el espacio.

Muchos dicen que los mejores atardeceres del mundo están en Badajoz…

Sí, eso es muy impresionante. Hay un paisaje que casi que no lo he pintado, solo lo he pintado alguna vez en los concursos de pintura al aire libre. Las vistas desde el parque de la Alcazaba varían brutalmente en muy poco tiempo, es un paisaje totalmente distinto. El color naranja en la muralla es especialmente atractivo. Ver las texturas, los trozos de ladrillo, las luces dando sobre ellos, es espectacular. 

¿Cuáles son los motivos que nunca faltan en sus creaciones?

La luz es primordial para mí en todos mis cuadros. Hago un dibujo, mancho todo el lienzo y luego empiezo a sacar luces. El trabajo de pintura al que más tiempo dedico es a sacar las luces que cada cuadro necesita. 

También ha realizado ilustraciones y carteles, ¿qué contendría un cartel que vendiera nuestra ciudad?

Yo creo que necesariamente tiene que estar el río, que representaría la vida y la diversidad biológica. No existiría Badajoz sin el río. La Alcazaba también debería estar, creo que es lo que mejor representa el arraigo de la ciudad, clavada en su historia y de la potencia que tiene este monumento. 

¿Cuál es el espacio de Badajoz que le gustaría inmortalizar y aún no ha hecho?

Creo que he pintado todos aquellos espacios que me han atraído, me falta la parte más moderna de la ciudad, pero me emociona menos. He pintado rincones de Valdepasillas, de Huertas Rosales, de San Roque, la cuestión es buscarle el encuadre para captar un buen momento de luces. Las zonas más nuevas son iguales en todas las ciudades, tienen menos identidad. La identidad de Badajoz, efectivamente, está en su trazado y en su Casco Antiguo.

EL TEST PACENSE

Lugar preferido de Badajoz: Sin duda, la Alcazaba y el río Guadiana, significan el nacimiento de la ciudad.

Si Badajoz fuera un color... El naranja, que representan las luces cálidas del verano en las murallas.

Dónde desayunar en Badajoz: En la Casona Alta.

Un sabor que sea característico de la ciudad: El de una tostada de pan con aceite y jamón ibérico.

Un olor que le evoque siempre a Badajoz: El olor a tierra mojada.

Un sonido particular de la ciudad: El de la lluvia, el sonido del agua es mágico.

Un recuerdo imborrable de su infancia en las calles pacenses: La primera vez que vine a Badajoz, recorrí la calle Menacho, y vi al fondo como un monte con árboles, me sorprendió porque yo venía de Don Benito; resultó ser La Alcazaba.